Capítulo 7

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Creo que mi día comenzó siendo demasiado desastroso y pésimo desde el primer momento, claro, desde que me levanté por la mañana; la alarma sonó media hora después de lo acordado, no entendía la razón de ello, el agua de la ducha estaba fría, no tomé el desayuno porque apenas y tuve tiempo para arreglarme para el colegio, sólo llevaba una manzana en mi mano, comiéndola de camino al colegio.

Tropecé con un montón de personas en mi camino hacia el colegio, una que otra mirándome de mala manera por ir tan distraída —como si eso fuese poco—, mis pies dolían ante el rápido y pesado caminar con el que iba, mi mochila pesaba por igual, mi pereza también.

Pero, aparte de todo eso, otra cosa que estoy más que segura terminó por arruinar por completo mi inicio de día, fue el apenas entrar al colegio y mirar a aquella chica que sabía fingir perfectamente todo. Y eso no quedó ahí, porque cuando Niall se percató de mi presencia, me saludó y sonrío. No podía quedarse así, por supuesto que no, porque su chica, me miró mal y no se cansó de mandarme indirectas en todo el trayecto hasta mi casillero, porque también le pareció agradable seguirme y continuar con sus insultos. Pasando de largo cuando yo llegué a mi destino, cansada e irritada.

Niall trataba de detener las palabras que salían de los labios de su agradable chica, pero no fue para nada de impedimento, pareció no funcionar del todo. Por parte del rubio en ese momento tan incómodo para mi, lo único que recibí fue una mirada arrepentida y prácticamente de disculpa. 

Tampoco me molestaba.

Las primeras clases me encontraba demasiado irritada, cambió un poco cuando llegó el almuerzo y pude ingerir algo de buena comida, aunque fuese poco, logró bajar mi pesado humor. No me había encontrado en ningún momento a mi mejor amiga pelinegra, se me hacía extremadamente extraño no verla en clases...

Así que comí sola y con la mirada acosadora de Niall encima de mi.

La comida algunas veces sí podía arreglar nuestro humor —al menos en mi caso lo fue— pero solamente duró muy poco antes de que volviera a sentirme irritada por todo. Las voces de los profesores al dar las explicaciones de cada clase, me cansaba y me hacía desesperar. Quería que esta tortura terminara.

—¡Dayan! —Giré rápido, mirando como venía corriendo mi mejor amiga por el pasillo, esquivando al alumnado— ¡Hasta que te veo! ¡Te extrañé! —Se abalanzó sobre mi.

—¿Dónde habías estado metida, Claudia? —Me abracé a ella.

—Me enteré de que tuviste un desmayo... —Susurró, separándose de mi e ignorando lo que le había preguntado— ¿Ya estás mejor? —Tocaba mi rostro— Veo que estás bien, pero tienes un rostro de pocos amigos.

—Ya estoy mejor... Iba a avisarte pero no me dio tiempo, estuve en reposo y durmiendo...

—Niall me dijo que ayer estuvo en tu casa... —Dijo con el ceño fruncido— No me mientas, Dayan Smith.

Viré mis ojos, terminando con una sonrisa: —Dormí por la mañana, tomé el desayuno y almuerzo, después del colegio él llegó a mi casa. —Admití lentamente, con movimiento de cabeza— También estuvo su madre. —Expliqué, sabiendo que quería tener todo detalle— Y mi cara de pocos amigos es porque mi día no empezó del todo bien. —Chasqueé mi lengua, empezando a caminar— ¿Dónde te habías metido, creí que no habías venido? ¿Ya vas a clase conmigo?

No me respondió en seguida.

—La profesora de  Literatura me pidió que le ayudara a ordenar un par de libros en la biblioteca. —Comenzó a decir lentamente— Y con un par de libros me refiero a pilas enormes de libros, —Bufó cansada— Aunque fue bueno porque me salté algunas clases, pero después me llevó a su oficina, me pidió ayuda con unos ensayos de otros grupos. Fue cansado. Lo bueno es que me dio con qué justificar las clases a las que falté.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Where stories live. Discover now