[16] Un año y medio

1.3K 128 9
                                    

[16]

Un año y medio


— ¿Draco?... ¿Draco?... — el tono de voz iba en aumento, y poco a poco logró reconocerla. — ¿Draco?

El aludido abrió los ojos lentamente, adaptándose a la luz del lugar. No le llevó mucho tiempo saber donde estaba.

— Theo. — dijo con resignación. — No hacía falta llamarlo — espetó, volteando el rostro para ver a Astoria.

— te desmayaste. ¿Qué se supone que haría? — cuestionó, su tono elevado.

— Ya está. — la interrumpió Theo, sabiendo como ella se ponía —¿crees que puedes sentarte? — la voz de su amigo fue suave cuando se dirigió a él, ya estaba en su papel de médico y no habría cómo convencerlo de irse sin realizar sus habituales procedimientos.

El rubio hizo un asentimiento con la cabeza pero en cuanto intentó moverse su cuerpo protestó, y una mueca de dolor se formó en su rostro.

— Te ayudo. — Theo colocó una mano en su espalda y con la otra agarró su brazo. Con fuerza pero delicadeza lo cincho a modo de sentarlo. — vamos a ver como estas. Pansy me contó lo que sucedió, pero como sabes no me dejan entrar en San Mungo. Habría sido prudente que me dejaran entrar, dada tu condición y que soy tu médico particular.

—No hay ninguna condición. — devolvió el rubio escupiendo las palabras.

— Draco...— Astoria trató de meterse, indignada con su falta de consideración, pero no pudo ir muy lejos.

— Draco, respira hondo. — Theo le indico, sabiendo que lo mejor era ignorar el comportamiento de Draco.

El rubio hizo lo que le decían mientras sentía el estetoscopio de Theo entre su espalda y su ropa para poder escuchar su respiración y su corazón.

— más una vez. — le indico, sin quitar el apartado y con el rostro preocupado. — suficiente.

Draco hizo ademán de reflejarse en la cama. Se sentía exhausto. Pero Theo hizo un ademán para que Astoria, que se apresuró a sostenerlo.

— déjame ver las manos. — apuntó Nott que ya estaba preparando algunas hierbas con cremas.

— Están bien. — devolvió Draco forzado su voz a salir.

— No te pregunté cómo estaban. Te dije que me las dejarás ver. — Nott retiró los brazos que el rubio tenía apretado contra su pecho y comenzó a quitar las gasas sin inmutarse con la mueca de disgusto de su paciente o con la sangre coagulada en la tela anteriormente blanca.

Cuando concluyó de quitar las gasas las examinó con cuidado, desde varios ángulos. Las heridas habían sido saturadas por una sanadora que se había dado cuenta que con cerrarlas con magia no sería suficiente. Ahora, los tajos más grandes tenían unos puntos en diagonal. Sus manos estaban hinchadas y coloradas, pero al menos ya no sangraban como antes.

— Está cicatrizando bien. En unas semanas estará como antes. — explicó Theo mientras ponía más pociones y las volvía a envolver con las gasas.

Astoria había volteado el rostro. Jamás se acostumbraría a la imagen de la piel de Draco en esa zona. Bordo, lila, abierta, arrugada, le provocaba náuseas solo de recordar la vez que había entrado sin querer en el consultorio buscando por Draco y había visto sus manos sin los guantes mientras Nott examinaba las cicatrices. En ese momento le habían aparecido feas, pero ahora, con los puntos de sutura, con la inflamación, estaba segura de que su estómago se revolvía y no quería que su amigo presenciar su reacción.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADAWhere stories live. Discover now