[29] Una invitación

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Una invitación


Mientras trataban de regresar a la normalidad, la semana pasó ante ellos como un soplo. Los días no habían servido para aplacar la rabia de Draco, todo lo contrario. Cada día se despertaba con la idea de que tenía los días contados para encontrar una solución, pero no llegaba a ninguna plausible. Sus dolores de cabeza matinales habían aumentado y en más de una ocasión terminó por vomitar lo poco que había logrado comer. Se sentía tan débil como se veía. Cuando caí en la cama, era arrastrado a un sueño inconsciente, pero se despertaba cada día más cansado, como si le pesara el mero trabajo de moverse. Como resultado estaba tratando a todos más mal de lo habitual, malhumorado y estresado.

Hermione, por su parte, había pasado las semanas dividiéndose entre ayudar a Pansy con su rehabilitación y tratar de encontrar a los integrantes de la organización, lo que incluía a un posible sospechoso dentro de su lugar de trabajo. Pero algo la mantenía distraída, más bien alguien: Harry andaba con una actitud muy sospechosa, desaparecía por largas horas, y cuando ella le preguntaba algo, negaba diciendo que estaba con algunos casos particulares, o siendo increíblemente evasivo. Harry nunca había sido un buen mentiroso.

Esa tarde, cuando Hermione se había quedado encargada de acompañar a Pansy, que cada día estaba más impaciente por volver al trabajo, Harry se despidió con apuro.

— ¿A dónde vas? — preguntó Hermione cuando se cruzaron en el umbral de la habitación que el mago compartía con Pansy.

— tengo que hacer unas vueltas — respondió con una rapidez ensayada y ajustándose nerviosamente las gafas mientras rehusaba mirarla.

Hermione alzó la mirada, clavando sus ojos en él, a espera de una mejor respuesta, pero el chico que sobrevivió se escabulló con apuro. Hermione quedó mirando el lugar por donde él salió, para luego voltearse a Pansy que estaba sentada sobre la cama con cara de molesta.

— No me mires — retruco la bruja — ni siquiera me preguntes nada. Le estoy preguntando hace días que le pasa y no me ha dicho nada. — continuó mientras trataba de sentarse en la cama.

— Esconde algo — sentenció Hermione mientras se acercaba a la bruja y le acomodaba las almohadas en la espalda.

— Sea lo que sea, no lo está dejando dormir por las noches. — continuó Pansy sin mirarla, sino que analizando su pierna operada — ¡por Merlín!, ¿esto va a quedar así para siempre?

Una cicatriz se extendía por su pierna, desde un poco arriba del tobillo hasta la rodilla. La bruja la analizaba casi que con el rostro pegado a su pierna.

— No — devolvió Hermione, empujándola con sutileza hasta que estuviera apoyada en las almohadas — estás usando la poción para cicatrices, debería desaparecer o al menos suavizarse en unos meses — explicó, pero sin prestar realmente atención a eso. Su mente estaba en Harry y sus secretos. Nunca pasaban cosas buenas cuando Harry Potter escondía cosas — ¿No te ha dicho nada? — preguntó — por mínimo que sea...

— No me ha dicho nada, siquiera me habla del trabajo para no estresarme. ¡Cuando ya estoy estresada! — gruñó ella en respuesta.

Hermione se sentó en la cama, de está vez prestando atención a la bruja que tenía ante sí.

— Lo siento, Pansy. Habrán sido unos días de mierda para ti. ¿Estás durmiendo bien de nuevo? — cuestionó con genuino interés. Desde que había regresado del hospital Pansy había estado teniendo pesadillas que despertaban a todos en la cuadra.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADAWhere stories live. Discover now