La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADA

[60] Las flores también florecen en la oscuridad

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Las flores también florecen en la oscuridad

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Seis semanas después...

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Hermione estaba sentada ante el consultorio médico que ya conocía de memoria. Estaba evitando mirar el rostro del médico que estaba del otro lado, en cambio, jugaba distraídamente con la tela de la falda que tenía puesta ese día. Afuera se podía oír el canto de los pájaros y Hermione podría jurar que hacía un lindo día, pero en realidad para ella hacía mucho tiempo que el tiempo estaba feo. Se preguntó distraídamente que hora seria. Sabía que había acordado una cita previa y tenía una hora marcada y había llegado en hora para su consulta, pero últimamente las cosas se le perdían.

— El test dio positivo, — la voz de Theo pareció viajar por toda la habitación hasta llegar a sus oídos. Solo entonces la bruja se atrevió a mirarlo. Él parecía más viejo. Theo también estaba haciendo todo lo posible, pero no había salido mucho del hospital en las últimas semanas. Lo sabía por Ginny, que se esforzaba en cuidarla a ella y, al parecer, a Theo, con quien tenían una especie de relación desde la boda de Astoria y George, pero que no había avanzado mucho luego de...

— ¿Me escuchaste? — preguntó el mago, y se veía realmente preocupado, con una ceja alzada, la frente arrugada, el semblante serio. — Hermione, estás embarazada.

La bruja simplemente asintió en reconocimiento. Estaba sorprendida, pero no sería justo si dijera que ya no lo sospechaba. Eso es algo que se sospecha cuando el periodo deja de venir por bastante tiempo, pero lo había atribuido al estrés, el dolor y los nervios de las últimas semanas. Ginny plantó la duda en su cerebro un día y tuvo que salir de esta. El test de Nott ahora le decía algo que no estaba segura de querer escuchar.

— Creo que Draco estaría feliz — comentó el mago, pero su voz era cauta. Como si no estuviera seguro de cómo decirlo o si decirlo.

Hermione pensó en eso. No podría estar segura si Draco estaría feliz con la noticia. No podría estar segura de nada ahora con respecto a él y no había nada que la enojara y entristeciera más que eso. De forma automática vino a su mente una imagen de Harry, de todas las cartas que le había enviado y las que ella no había abierto. De todos los intentos del mago por comunicarse, incluso a través de Ron o de Pansy. Hermione no le estaba hablando más. O viendo, o incluso leyendo o escuchando cualquier cosa que viniera de él. En su cabeza, todo era culpa de Harry.

— Ya ha pasado tanto tiempo — susurró con dolor en su tono y en su expresión. Theo la entendía. El viento sopló desde la ventana abierta y sacudió el cabello de la bruja, enviando algunos mechones rebeldes a todas partes. Distraídamente se preguntó si el niño tendría el cabello de Draco o el suyo. Cada vez se sentía más desesperada por no poder compartir eso con él.

— El tiempo es diferente en estas circunstancias — continuó Theo, llevándote de su lugar y parándose a su lado. Se reclinó en la mesa y cruzó las manos sobre el pecho, su mirada fija en la bruja — Puedes decirle, de todos modos, creo que te puede oír.

— Ya le he hablado — se quejó la bruja, con terquedad y cierta broca en su comentario — Le he dicho muchas veces que regrese, que lo quiero a mi lado, vivo y no... — su energía decayó, su rabia dirigida a Theo mermo — no en coma.