[50] La desafortunada cena, los hongos mágicos y el contenedor muggle

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La desafortunada cena, los hongos mágicos y el contenedor muggle


Hermione y Draco entraron en la habitación de la bruja, a la que Draco solo había estado en contadas ocasiones, pero que ahora pasaría a compartir, era tan insólito como estimulante. No estaba precisamente emocionado de vivir con Pansy y Potter, pero si lo estaba de hacerlo con Hermione. Emocionado y aterrado.

— Este piso no hay nadie más que nosotros — informó la bruja — así que no tendremos problemas de privacidad. — le dedicó a Draco una pequeña sonrisa emocionada y él devolvió el gesto a tiempo en que soltaba el bolso sobre la cama y la cinchaba para más cerca suyo.

Habían pasado a la mansión a buscar algunas cosas que podría necesitar en su día a día, como ropa y algunas cosas de tocador. Las obras ya habían comenzado y la mansión ya tenía otra energía. No estaba sombría, las paredes habían cobrado vigorosidad y los árboles estaban verdes así como las rosas habían dado flores. Narcissa también estaba de buen humor, hablando incluso más que antes. Parecía que ella podía percibir los cambios en la mansión y la energía firme que está exhalaba. Draco no le había dicho que no estaría más viviendo en la casa, ya que pretendía continuar yendo con regularidad a visitarla, por lo que no debería de significar una diferencia para su madre, además de que está difícilmente lo notaría. Astoria había quedado cuidándola, pero también había afirmado que estaría esa noche en la cena que Pansy había pasado para ese día luego del desmayo de Draco.

— ¿Crees que noten si no vamos? — cuestionó Draco, haciendo alusión a la cena que estaba comenzando a suceder abajo, y a sus pocas ganas de socializar.

— Creo que lo harán — afirmó Hermione, dejando castos besos en el cuello del rubio — Pero no se molestaran si tardamos un poco.

Fue así como se unieron al grupo casi dos horas después, recibiendo varias miradas curiosas y para nada discretas. Hermione sonrió avergonzada, pero Draco no dio indicios de preocuparse. Se sentó en el sofá donde Pansy le había hecho lugar, y puso los ojos en el banco al ver la mirada de Theo.

— Entonces, ¿esto es una residencia ahora? — preguntó Blaise, y luego de dar un trago a su copa, continuó — La residencia de los sin techos. Suena genial, Potter.

— Cállate, Blaise — gruñó Pansy, pero no parecía para nada molesta. — La casa es enorme, no nos cuesta nada recibir a los amigos.

— Me refería a ti también, bruja — espetó el otro entre risas. — También eras una sin techo cuando te expulsaron tus padres.

— ¡Merlín!, Blaise no pierde la clase nunca — ironizó Draco, poniendo los ojos en blanco.

— Pansy es tan dueña de está casa como yo — comentó Harry, acercando más su novia a él. Ella le regaló una tierna sonrisa, pero había una preocupación en su expresión que Hermione percibió con claridad. Se preguntó cuando pretendía contarle. Sabía que Harry no recibiría de otro modo que no fuera con alegría la noticia del embarazo, pero también sabía que no debía meterse, por lo que no tuvo más que esperar hasta que Pansy se sintiera pronta y segura para revelar el secreto.

— Es bueno que estén todos — comenzó Astoria, que estaba sentada en un sofá cerca de George. — Tenemos novedades para contarles.

Astoria y George intercambiaron una mirada cargada de emoción que no pasó desapercibida a ninguno de los presentes, que dejaron de hacer lo que estaban haciendo y discutir lo que estaban discutiendo para prestarles atención. Astoria abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpida por una sonrisa apretada de Luna y una carcajada de Blaise. Cuando los presentes voltearon a mirarlos, estos les devolvieron las miradas. El mago apretando los labios para no reír, y Luna con sus ojos chispeando.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora