[21] Un baile fuera de lugar, un rubio muy elegante y una flor delicada

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*para los próximos tres capítulos, no me odien*

[21]

Un baile fuera de lugar, un rubio muy elegante y una flor delicada


Hermione se ajustó la falda de su vestido, como si este no estuviera ya perfectamente ajustado sobre su cuerpo. Probó moverse sobre los tacones que usaba, bastante más altos de lo habitual, para descubrir que no tenía tanta dificultad como había esperado. La falda de un azul marino acompañó sus movimientos con gracia y elegancia. Era un vestido excepcional para una noche caótica. La idea de que está celebración no debería de estar sucediendo no dejaba de hacer eco en su mente, pero eso solo aprecia importarle a ella, a Harry y a Pansy. Claro que también a Draco, pero no estaba segura de si él iba a aparecer.

— ¿Y esa cosa que dispara puede matar más que un Avada Kedavra? — preguntó Pansy, acercándose aún más para poder cuchichear con su novio.

Pansy llevaba un vestido morado ceñido a su esbelta figura, con una cola de sirena en la parte inferior. Caminaba con destreza sobre tacones negros aún más altos que los de Hermione.

— Un arma — aclaró Harry — Puede matar igual que una maldición asesina solo que más lento — continuó explicando.

Harry les había puesto al día de lo que había sucedido en la tarde, y Hermione aún no superaba su shock inicial. Todos las pistas apuntaban a un muggle, pero no lo había querido creer o siquiera había considerado la posibilidad porque parecía imposible. Pero ahora lo imposible era real, así como esa fiesta fuera de lugar, y cierto rubio que desfilaba ante ellos con un elegante traje negro ceñido al cuerpo, y sus habituales guantes de cuero oscuro. Llevaba la melena rubia perfectamente peinada hacía atrás, e iba impecable, mucho más de lo que solía ir al trabajo, que ya era decir mucho. Muchas veces Harry aparecía a trabajar con el pelo despeinado, la corbata torcida, eso sí la llevaba, y su traje arrugado; pero no Draco. El rubio jamás mostraba una arruga en sus ropas. Ella sabía que él le daba mucha importancia a las apariencias, con lo que decidía mostrar a los demás. Jamás dejaría que vieran si algo le afectaba. Lo tenía muy arraigado desde su crianza. Su vida entera podría estar desmoronándose, pero Draco Malfoy se mostraba implacable hacía el mundo.

— Pensé que no vendrías — dijo ella, sin poder controlar sus pensamientos y la emoción en su tono al verlo.

— No tuve realmente elección — agregó él, y sin entrar en detalles le tendió la mano. Hermione no dudó en aceptarlo. Él en un gesto cordial y caballero, dejó la mano de ella sobre su brazo y los guio dentro.

— ¿Tú madre estará bien sola? — preguntó, la duda sobre Narcissa siempre presente en su mente. No podía evitar preguntarse cómo Draco hacía para coordinar su vida con la de su madre, que era tan dependiente y necesitada de cuidados todo el tiempo.

— Astoria accedió a quedarse con ella. — respondió con un deje de inquietud en su tono.

— Me alegro — comentó ella, relajándose en su agarre, descubriendo que se sentía más cómoda de lo que podría haber imaginado — aunque está fiesta es una pérdida de tiempo indudable. — agregó, ella misma a disgusto con esa ceremonia.

Draco estuvo de acuerdo con un asentimiento de cabeza, y no hicieron falta más palabras para corroborar sus pensamientos. Dentro de la gran sala que daba lugar a la ceremonia había velas flotando por el lugar, bandejas de plata que cargaban copas y vasos de whisky de fuego. Había muchas personas excelentemente vestidas, con trajes de gala y vestidos pomposos que arrastraban por el salón con el semblante en alto. Pero algunas miradas se voltearon a ellos, y Hermione contuvo la respiración cuando sintió como Draco se tensaba a su lado.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADAWhere stories live. Discover now