[62] La luz que habita en ti

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La luz que habita en ti


Hermione se apareció en Malfoy Manor. No hacían dos horas desde que Theo se había aparecido en su casa informando que la estaría esperando en esa dirección, exactamente a las once de la noche. La bruja intentó preguntar por qué y qué había sucedido, pero el mago había dicho que no podía dar más respuestas, y en cambio, se había marchado tan pronto como había llegado. 

Por lo tanto, justo a esa hora, la bruja se sacudía de forma nerviosa bajo su capa. Miró hacia dentro de la mansión, donde todo había sido restaurado y las obras ya habían terminado en su mayoría. La mansión ya se parecía a un hospital por una vez, aunque no estaba en su pleno funcionamiento. Había sectores que seguían en obras y otros que todavía no habían sido tocados. Lo sabía porque iba con asiduidad a la biblioteca que le pertenecía y a visitar a Narcissa, aunque en contadas ocasiones había entrado al dormitorio de la mujer.

Esa noche hacía nueve días que Astoria había salido del escritorio de Theo, decidida a decirle a Narcissa lo que estaba pasando y a poner en manos de la mujer salvar a su hijo. Hermione no había regresado a hablar de eso, y no había dejado su casa más que para ir al hospital. Se habían enfundado en una búsqueda incansable por más información sobre ese hechizo que Franklin les había mencionado, pero por desgracia, no estaba encontrando respuestas y era horriblemente consciente de cómo el tiempo corría en su contra. 

Lo poco que había logrado descubrir en base a sus incansables horas de investigación era que el hechizo era verdadero y no provenía de magia negra, sino más bien de magia arcaica. Se había dejado de usar debido a que los problemas con el núcleo mágico habían prácticamente desaparecido una vez que se había restringido el uso de magia negra. Llegar a esa conclusión no fue tan refrescante como pensó que sería, ya que pese a saber las buenas procedencia del hechizo, aún seguía sin poder usarlo. Draco seguía muriendo y ella seguía creando vida dentro de su cuerpo.

Para su disgusto, había comenzado a sentir algunas señales del embarazo. Su barriga estaba ligeramente más grande, nada que alguien pudiera percibir, pero ella lo notaba cada vez que se desnudaba, cada vez que miraba a su vientre de forma distraída. Estaba allí, informándole que el tiempo pasaba y que no había nada que pudiera hacer para detenerlo. También se daba cuenta de eso en Draco. Estaba perdiendo brillo, su piel estaba cada vez más blanca, su cuerpo cada vez tenía más moretones, y su cuerpo pesaba cada vez menos pese a los nutrientes y las vitaminas que estaba tomando en las pociones que le introducían por la intravenosa. Lo estaba perdiendo cada día un poquito, podía sentirlo, pero no encontraba una salida y eso la estaba matando. Había renunciado a hablar de eso con sus amigos, nadie parecía entenderlo del modo que ella lo hacía, y si bien sabía que Theo, Astoria y Pansy estaban luchado sus guerras para mejorar y salir adelante, de algún modo no lograba sentir que ellos sufrieran del mismo modo que ella. Por lo que aislarse había sido una buena forma de continuar, pese a los intentos de Ron por socializar, las múltiples cartas de Harry que no leyó, ya las invasiones de Ginny en su casa.

Un sonido de aparición le demostró que alguien estaba junto a ella.

— Ah, viste — comentó Theo mientras se acomodaba la capa que se había salido de su lugar con el movimiento.

— Claro que vine — devolvió Hermione, en un tono no muy amistoso — ¿Qué pasó? ¿Por qué me hiciste venir acá? — las preguntas se lanzaron como dardos en dirección al mago, pero este no hizo nada por responderlas.

Por lo contrario, Theo continuó abriendo las pesadas rejas de hierro, mientras Hermione lo miraba atenta, a espera de una respuesta. Recién cuando pareció desocuparse de la difícil tarea, el mago volteo su atención a la bruja.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADAWhere stories live. Discover now