[32] La verdad por detrás de la nebulosa

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La verdad por detrás de la nebulosa


Hermione bajó las escaleras y, prácticamente, se arrastró hasta el comedor, donde Harry y Pansy la esperaban. Había pasado casi un día entero metida en su habitación, dando vueltas en la cama mientras su mente no paraba de pensar. En más de una ocasión había tenido que resistir al impulso de salir corriendo y buscar a Draco, pero solo la había detenido el miedo a que él la odiase, le dijera que era su culpa... que era por ella.

Pero antes de enfrentarme a eso, necesitaba respuestas. Más respuestas, y sabía que solo había una forma de conseguir eso. Compartiendo la historia y obteniendo más detalles, que solo una persona podría compartir y saber.

Pansy la miraba con los ojos hinchados, la boca apretada en una fina línea. Estaba claro que Harry le había contado.

Nadie comentó nada mientras ella se acercó a la mesa y se dejó caer en la silla. Harry se puso en pie casi al instante y se acercó a la cafetera. Cargó una taza con café fuerte y caliente y lo dejó ante Hermione.

— Le conté a Pansy — reveló, como si en realidad hiciera falta. Era bastante evidente.

— Yo no... no sabía de nada, él nunca nos contó — afirmó la otra, negando con la cabeza mientras un par de lágrimas bajaban por sus ojos. Hermione, en cambio, estaba segura de no tener más lágrimas para derramar.

— tendrás que contarme lo que sabes, Pansy — soltó, con algo de brusquedad, para luego aligerar su tono. — Necesito saberlo.

La bruja asintió en silencio, respiro hondo, y le dedicó una mirada a su novio. Harry asintió con la cabeza y se sentó a su lado.

— Me enteré de que Draco había salido de Azkaban acá, Harry estaba conmigo. — comenzó, y tras un dramático suspiro, continuó — por El Profeta, tu estabas en tu año sabático. —  le recordó, y la bruja asintió en comprensión — En ese momento corrí a la mansión, y allí me encontré con Theo, que también se había enterado por el diario. Para ese entonces ya hacía cinco días que él había dejado Azkaban, y la casa aún estaba como había estado antes... al menos los muebles, porque la mansión ya comenzaba a deteriorarse.

— ¿Draco no les avisó que había sido liberado? — pregunto por precaución, conociéndolo, no estaba precisamente sorprendida.

— No. — devolvió la bruja, negando con la cabeza. — Cuando llegamos estaba vendiendo algunas cosas, tenía que sacar a Narcissa de San Mungo... ella había sido internada.

Hermione alzó una ceja, sin comprender. Pero no hizo falta exponer sus dudas, ya que Pansy siguió hablando.

— Esa es otra historia. En un momento, Narcissa sólo... colapso. Llevaba ya algún tiempo intentando sacar a Draco y a Lucius de azkaban... — de repente la mirada de Pansy se perdió, como si estuviera en otro lugar, uno que solo ella podía ver — un día de verano, estaba en una cafetería y tuvo un ataque. Comenzó por una simple tostada, pero se intensificó y ella... Narcissa atacó a una funcionaria con los cubiertos, con la taza, simplemente comenzó a arrojar todo lo que había sobre la mesa, completamente fuera de control. — unas lágrimas silenciosas corrieron por el rostro de la bruja y Hermione se dio cuenta que eso era mucho más personal de lo que había creído. — yo estaba con ella. — reveló, entre lágrimas, y con un movimiento de mano se las quito, para sonreír de forma amarga. — No sabía que hacer, así que llamé a San Mungo. La llevaron por colapso mágico. Dos días después la diagnosticaron con trastornos psicológicos, demencia... Narcissa había colapsado. — concluyo, dando una rápida mirada a Harry. — ella quedó internada en San Mungo, y ellos se encargaron de escribirle a Draco para informar y requerir su autorización para sacar dinero de las bóvedas para pagar el tratamiento.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADAWhere stories live. Discover now