LXII: Enemigo del Reino

3.6K 341 231
                                    

Extracto de "Historia del Reino de Drom", de Dragostei.
Página 2, párrafo 1
"Al principio, hubo siete tribus. La Tribu de los Pieles Rojas, que eran Criaturas del Agua. La Tribu de los Árboles Altos, que eran Gente del Bosque. La Tribu de los Guerreros, que eran Caminantes de la Tierra. La Tribu de la Gente de la Arena, que eran Gente del Bosque. La Tribu de los Ríos, que eran Criaturas del Agua. La Tribu de los Artesanos, que eran Caminantes de la Tierra. Y la Tribu de los Anihila, que eran Sombras de las Montañas".


———


El interior del Karakorum, también llamado el "Palacio de las Noches", hace honor a su nombre. Adere, una de las mensajeras reales, trata de convencerse de que no ha quedado ciega o sorda mientras avanza por el interior del salón principal, o lo que ella asume que es el salón principal, dado que ya no alcanza a ver ni siquiera a los mechones que usualmente caen por su frente, mucho menos al guía que la trajo hasta aquí. Tampoco logra escuchar el sonido de sus pasos, el de su respiración o el de la tela de su ropa al moverse. Es como si la oscuridad se lo hubiese tragado todo y ella hubiese pasado a formar parte de ella. Ya no diferencia arriba de abajo, norte de sur, avanzar de quedarse quieta. Ni siquiera está segura de seguir moviéndose.

Es hasta que un brazo fantasmal se atraviesa frente a ella y la hace chocar contra él, arrancándole un respingo y casi haciéndola tropezarse, que por fin recupera la noción de seguir existiendo.

Desgraciados Chisaki, ¿tanto les costaba salir a hablar con ella o enviar a algún sirviente para que le transmitiera sus mensajes?

Adere, intentando serenarse, eleva la vista y cree alcanzar a ver algo a cierta distancia suya. No sabe cómo eso sería posible, pero una suerte de silueta que es todavía más negra que la oscuridad se delinea por encima de ellos, ¿flotando? O quizá montada encima de algún gran trono invisible. Sea como sea, ella enfoca la vista ahí. Tiene la sensación de que la sombra le observa de vuelta. Toma aire.

—El Sagrado Rey de Drom —jura que está hablando, pero ningún sonido se escucha dentro del lugar. Aun así, prosigue—, me ha enviado con un mensaje importante para los Chisaki. Sin embargo, antes de transmitírselos, me gustaría saber por qué están movilizando a un grupo tan grande en dirección a la capital. Uno casi diría que lidera un ejército.

Deja de hablar y se esfuerza por no parpadear. La silueta se mueve apenas. Y luego habla.

—Estás en lo correcto —Adere no le escucha. No obstante, sabe lo que ha dicho. La piel se le eriza entera—. Es un ejército. Tenemos a un Señor de los Dragones desaparecido y eso es un problema.

Los nervios se le deshacen un poco, solo porque lo que acaba de percibir es mucho más importante que ellos.

—¿Un Señor de los Dragones desaparecido? —repite—. ¿De qué está hablando?

—El Señor de la Montaña de la Mañana. Se suponía que el Comandante lo había asesinado, pero nunca dimos con su cuerpo. Por otro lado, lo que queda de su manada de dragones sigue rondando su viejo territorio, lo que significa que todavía le reconocen como su Señor. Los dragones sin Señor, por lo regular, buscan una nueva manada a la cual unirse. Eso significa que el pequeño Mirio anda suelto y eso sin duda es peligroso para el reino.

Andere se queda pensativa un momento. Engranajes se van encajando unos con otros dentro de su cabeza y, para cuando se da cuenta, ya hay una gran maquinaria construida ahí. La maquinaria de un complot.

Por supuesto, todo tiene sentido.

—El Comandante traicionó al reino —dice, sin poder contenerse. Su interlocutor guarda silencio. A ella no le importa, lo que acaba de descubrir es tan tremendo que necesita decirlo en voz alta cuanto antes (si bien no puede escuchar sus propias palabras), así que agradece que él le dé la oportunidad de explayarse—. Seguramente Mirio fue parte de su plan. Debió haberlo reclutado cuando se encontró con él y por eso le dejó ir. Farinha fue atacada. Uno de los atacantes fue el hijo del Comandante y el otro fue un Señor de los Dragones aún no identificado, aunque sospechábamos que era Bakugou, pero, si dice que Mirio está desaparecido, entonces, ¿pudo ser él?

Mi Señor de los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora