XXIII: Rasaquan

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Extracto de "Datos culturales de Drom", del Gobierno de Drom.
Página 19, puntos 1 y 2
"Celebración de Novaño. Esta es la celebración realizada por los pueblos de la Gente del Bosque durante los primeros cinco días del año. La celebración de Novaño consiste en honrar al inicio de la primavera y agradecer por el nuevo año que empieza. Usualmente, Novaño consistirá en mucho baile, en comer y beber hasta el amanecer y en compartir historias. El sexto día después de Novaño es un día de descanso. Es el único día de reposo total existente entre la Gente del Bosque, que es una raza altamente laboriosa. Para leer información más detallada sobre la Celebración de Novaño, consultar página 29.
Festival de los Diez Días. Este es el festival más grande de Drom. Se lleva a cabo los días 9, 10 y 11 del año y es un festival tradicional de los Caminantes de la Tierra, aunque también es celebrado en las tres ciudades multi-raza del reino: La capital Farinha, la ciudad protectora Marcelle y la ciudad comercial Maresca. La finalidad del Festival de los Diez Días es agradecer a las Divinidades Creadoras por el décimo día del año, puesto que el número diez tiene un significado místico dentro de la religión principal de Drom".


———


—¡Pregunta rápida! ¿Qué harías con diez mil monedas de Vastari?

Tsunagu voltea a ver a Hizashi. Ambos sobrevuelan una zona próxima al camino de los pueblos, sentados encima de sus dragones.

Aunque Hizashi nunca se está quieto. Sólo estuvo sentado inmóvil por la primera hora, y a continuación se ha puesto a andar, rodar, recostarse y volverse a levantar sobre Mic Mic, quien soporta pacientemente todo el alboroto de su Señor.

Justo ahora, Hizashi acaba de volver a sentarse, después de estar un rato acostado. Y mira a Tsunagu.

—¿Para qué quiero diez mil monedas de Vastari? —replica el más alto. Hizashi frunce el ceño.

—¡Ese no es el punto del juego! ¡Tienes que decirme qué harías con ellas!

Tsunagu parpadea. Se encoge de hombros.

—Fundirlas, supongo —dice—, y usarlas para crear botones, hilos, adornos para los zapatos... cosas así.

—¡Por las Grandes Divinidades de la Creación! ¡Eres el Señor de los Dragones más aburrido de todo el mundo!

Tsunagu frunce un poco el ceño, levemente ofendido.

—¿Y para qué las usarías tú? —pregunta de vuelta, de brazos cruzados, mirándole con expresión de que le reta a darle una respuesta que sea mucho mejor que la suya.

Hizashi voltea a verle con una gran sonrisa.

—¡Haría un enorme concierto! ¡El concierto más grande de todo Drom! ¡Traería músicos de cada raza, de cada ciudad, todos cantarían y bailarían! ¿No es una idea fenomenal?

Hizashi luce tan contento con su ensoñación que Tsunagu ni siquiera es capaz de bajarlo de su nube. Suspira, devolviendo la mirada al frente.

—Sí, claro, es genial —le responde, y eso tan sólo le da cuerda al otro para empezar a relatarle los detalles de este su gran concierto hipotético. El cual, para no ser más que una mera ensoñación, Tsunagu nota que Hizashi lo tiene planeado de forma en extremo minuciosa.

Tampoco es que ellos tengan demasiado en qué ocupar el tiempo libre cuando no están haciendo los mandados de los Todoroki, supone. Él también dedica el tiempo a cosas bastante inútiles de vez en cuando.

Mi Señor de los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora