1

10.1K 593 175
                                    

EMMA

03/05/98

—Rafaello, por favor... no nos hagas esto. Somos tu familia.

—Vosotras necesitáis una vida mejor, Samara.

—Quiero amor, Rafaello. Necesito sentirme amada. Necesito que esto termine de una vez y que seamos una familia normal y corriente.

—Tú eras l' amore della mia vita (el amor de mi vida).

—¿Era? ¿Ya no me amas? ¿Ni siquiera a la pobre Emma?

—Os amo, pero no puedo seguir teniendo relación con vosotras.

—Por tanto no nos amas.

—Amo a mi hija por encima de todo. Por eso me voy.

—Rafaello...

Ciao (adiós), Samara. —Papá se acercó a mi madre y la abrazó. Luego, se agachó a delante de mí para darme un abrazo y un beso en la frente—. Ciao, amore mio. Ti amo, la mia piccola Emma. (Adiós, mi amor. Te quiero, mi pequeña Emma)

—Papi...

—Cuida mucho a tu mamma (madre/mamá).

—No te vayas, papi.

—Debo hacerlo, bambina (niña).

—¿Podemos hablar un momento, Rafaello? —Preguntó entonces mi madre. Mi padre suspiró mirándola desde el suelo pero asintió con la cabeza. Mi madre me tocó la cabeza, acariciándome el pelo—. Quédate sentada en el sofá, ¿vale? Vendremos en un momento.

Mis padres subieron al ático y me dejaron sola en el salón. No comprendía en ese entonces qué ocurría, pero de pronto unas sirenas de policía comenzaron a sonar de manera estruendosa. Unos hombres vestidos de negro forcejearon la puerta y entraron a la fuerza. Uno de ellos me vio y me cogió del brazo fuertemente. Intenté zafarme con todas mis fuerzas y sin querer le pegué con mi peluche favorito, habiendo temido en ese entonces por la "vida" del pobre "perrito".

Sono spiacente (lo siento), Poppito. —Le dije al peluche

El hombre cogió por completo mi brazo y me agarré a mi peluche lo más que pude mientras gritaba.

—¡Mami! ¡Papi! —Mis padres bajaron corriendo por las escaleras. Mi padre sacó un arma de su pantalón y disparó al hombre que me tenía cogida del brazo, haciendo que cayese al suelo.

Empecé a llorar sin control, tenia mucho, pero que mucho miedo. Esta situación no la habíamos vivido nunca, y no quería que me separasen de mis padres. Un hombre con gafas de sol le pegó un disparo a mi padre en la pierna y mi madre gritó, mientas yo no paraba de llorar.

—¡Rafaello! —Gritó mi madre angustiada cuando vio caer a mi padre por las escaleras. Fui corriendo hacia mi padre, llamándole, pero otro hombre me cogió en brazos y me tapó la boca con un paño blanco y húmedo.

—¡Emma! —Escuché el grito de mi padre en la lejanía, acompañado con otros dos disparos. Después de eso, empecé a ver todo negro.

—Mami...

—¡Mi hija! —Gritaba mi madre.

Me ataron de pies y manos. Poppito ya no estaba conmigo. Sin él estaba sola. Completamente sola. Con la oscuridad envolviéndome, sin la protección de la mia mamma (mi madre), sin la protección de il mio padre (mi padre), sin Poppito. Sin darme cuenta, me quedé dormida en el asiento de una camioneta que huele a cuero y a nuevo. ¿Dónde me llevaban? Quería gritar, patalear, llorar. Pero no podía hacer nada. Mi cuerpo no tenía fuerzas para poder hacer nada.

LEONE CARUSO ©Where stories live. Discover now