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EMMA

Quise escuchar la razón por la que Leone no hizo las habitaciones VIP en la parte más alta de los hoteles, como suele ser normal. Sophia parece muy interesado en él, ya que parece una lapa pegada a su traje de Armani. Antes de contestar a la pregunta de mi amiga, se fue para hacer una llamada telefónica. Dudo mucho que haya sido casualidad.

—No creo que tenga posibilidades.

La voz de Sophia se hizo presente en el comedor. Miré su expresión triste.

—¿Por qué dices eso?

—Porque solo tiene ojos para ti.

Me atraganté con mi propia saliva cuando dijo eso. Mi hermano casi se cae de la silla y mi madre soltó una carcajada desde la cocina.

—¡Mamma!

—¡Lo sabía! —Contestó ella. Miré al patio, donde estaba Leone hablando por teléfono. Al parecer no escuchó el revuelo que había aquí dentro.

—Es la verdad, Emma. No te ha quitado ojo en toda la noche. Y luego vino el comentario de "no quiero estar con cualquier mujer". —Dijo imitando su voz de hombre.

—No digas bobadas. —Dije riéndome.

—Es la verdad. ¿Por qué si no iba a presentarse aquí, en tu casa?

—Para verte. Eso mismo dijo él, que quería hablar contigo.

—Pues que yo sepa no me ha dirigido la palabra en toda la noche.

—No es así, Soph.

—Entonces, ¿crees que puedo tener alguna posibilidad con él? —Dijo con los ojos llenos de luz y vida.

Carraspee sin saber qué decir. Mi madre salió y nos miró. Me lanzó una mirada de compasión y entonces le respondí a mi mejor amiga.

—Puede ser. —Dije en un susurro—. Pero el señor Caruso parece ser un hombre... complicado. No te recomiendo que te ilusiones mucho.

—¿Tú crees? —Preguntó ilusionada.

—Prueba.

—¡Genial! —Dijo abrazándome—. No te importa, ¿verdad? Como dije que estaba interesado en ti y ahora soy yo la que está interesado en él y tal...

—Tranquila. No me interesa.

—¿Segura?

—Sí.

Su rostro reflejaba alivio y emoción. Le gusta nuestro jefe, está claro. Pero creo que no va a ser capaz de enredarlo. Leone no parece ser hombre de una sola mujer... ¿verdad? Mis ilusiones aparecen, pero las desecho de la misma manera que aparecieron.

—Ven a ayudarme un momento, cielo. —Dice mi madre mirándome. Presiento que hay algo más detrás de esa frase, pero igualmente la sigo hacia la cocina, dejando a mi hermano y Sophia solos en el comedor. Entonces, mi madre se apoya en la encimera de la cocina, y yo me siento en un taburete de la mesa que hay enfrente de ella—. ¿Estás completamente segura de lo que has dicho ahí fuera? —Dice señalando la puerta.

Bajo la mirada y suspiro.

—Creo que sí.

—Vi como te miró con ese comentario.

—¿Por qué estás tan obsesionada con él, mamma?

—Porque siento que le conozco de algo. No recuerdo muy bien de qué, pero sé que él también me conoce. —Dice pensativa—. Y sé que las miradas que te proporciona son solo una cosa: amor.

LEONE CARUSO ©Where stories live. Discover now