Capítulo 38: Moltes felicitats

1K 109 22
                                    

Me acaba de preguntar si podemos hablar sobre lo que ocurrió anoche y todo mi cuerpo se acaba de tensar. ¿Realmente? No. No podemos. No quiero hablar sobre eso, Bibi. No me siento con fuerzas ni con ganas y mucho menos hoy. Hoy no. Dejémoslo para mañana. Otro día, por favor. Hoy no, que es mi cumpleaños. Si ya de normal no me gusta celebrarlo, tener que añadir otro elemento negativo a mi cumpleaños lo hace peor. Está comenzando a hablar. Está hablando y yo debería cortarla. Si va a decir que fue un error o que estuvo mal y que por eso se marchó, prefiero dejarle claro que yo estoy de acuerdo con ella. No estuvo bien lo que hice. No lo estuvo.

—Puedes estar más que tranquila con eso. Jamás contaría nada a nadie y espero la misma discreción por tu parte. —Joder... Sueno serio y amargo. No debería hablarle así.

—Por supuesto que jamás se lo contaría a nadie. —Me mira casi enfadada. Creo que está molesta porque yo considere que ella podría chivarse. Nada más lejos de la realidad. No pienso que Bibi sea así. Sé que es bastante recelosa de su intimidad. Sé que ni siquiera ella meditó lo que estaba ocurriendo. Nos salió solo. Nos salió sin forzar a los dos y eso es lo peor. Lo peor es que nos hemos dejado llevar demasiado y nos estamos exponiendo de una manera desorbitada.

—Bien. Lo siento muchísimo. Lamento que pasase y te pido disculpas. No... No estábamos plenamente conscientes de lo que ocurría. —Olé, Gus. Seguro que así le pareces mucho más amable.

—¿Qué quieres decir con que no estábamos conscientes? —La estoy liando. Bibi me mira como si no entendiese nada de lo que estoy diciendo. ¿Entonces? ¿Ella no pensaba decirme eso? No entiendo.

—Sé que no debí hacerlo. No debí llevarte al cuarto. Lo siento muchísimo. Fue violento. Lamento mucho si te sentiste incómoda. De verdad... No sé qué se me pasó por la cabeza. Estaba confuso. Estaba... Estaba ido. Lo reconozco. No pensé en las consecuencias. Lo lamento. Me... me arrepiento mucho de haberte hecho sentir mal.

Su cara se expande. Eleva sus cejas, entreabre su boca y sus ojos se van agrandando poco a poco. Estoy entrando en un bosque espeso cuando miro sus iris. Es hipnotizante. Se ha quedado paralizada. ¿Está pensando? Hay un silencio incómodo. ¿Puede alguien romper este silencio? Ella sigue metida entre sus pensamientos. Me da la sensación de que no se ha dado cuenta de lo embarazoso que está siendo este momento. Debo tener las mejillas rojas ahora mismo. Mis ojos deambulan por todo su rostro y decido tomar la palabra de nuevo.

—No me malinterpretes. —Bien. Por ahí bien, Gus. Retrocede—. Me refiero a que... Quiero decir que nos dejamos llevar por la situación. Ya te lo he dicho. Por mí no hay problema. No se volverá a repetir. —¿Cómo que no se volverá a repetir? ¡Puto mentiroso!

—¿No se volverá a repetir? —¿Qué? ¡Un momento! ¿Qué ha dicho? ¿Lo ha preguntado? O sea... ¿Ella quiere que se repita?

—Mmm... No sé. ¿Tú quieres que...?

Agrando los ojos sorprendido y me envuelvo en los suyos. Necesito que responda. Necesito que me lo diga algo más claro. ¿A ella le ha parecido bien? ¿Ella también quiere?

—¡Felicidades! —Jorge me abraza por la espalda y yo abro los ojos aún más. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

—¡Ey! Gracias. —Me muevo hacia un lado y los tres hacemos un pequeño coro.

Jorge, te quiero, pero no es un buen momento.

—Hola, Bibi. ¿Qué tal estáis? —Me suelta y se incorpora con nosotros.

—Bien, Jorge. Gracias. Yo ya me iba a desayunar. Nuevamente, felicidades, Gus. Que tengas un bonito día.

Bibi ha optado por lo mejor: huir. Parece que ni ella misma esperaba tener esa respuesta. Quizás no pensaba que este tema saldría por estas vías. ¿Iba a decirme que esperaba más de mí?, ¿que quería repetir?, ¿que le gustó? Me pongo nervioso y me masajeo el puente de la nariz. Jorge se despide de ella. Me voy a cagar en todo, Jorge. ¡Joder! Sonrío a Bibi tranquilo. O mejor dicho, fingiendo estar tranquilo. Mis ojos la ven alejarse y estoy maldiciendo todo lo que puedo en mis adentros. Vuelvo el rostro hasta Jorge. ¿Y bien? ¿Tendrá algo importante que decirme? ¡Espero!

Un amor de alturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora