CAPITULO 31.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

Mi estancia en Alemania va a tener que alargarse, Adriel quedó en verse conmigo en el hotel dónde me quedo y de inmediato le aparto una habitación como la mía. No va a quedarse en ninguna casa arrimado. Por lo que me enteré, a Gina no le dió tiempo de irse y termino dando a luz en su casa.

Leonardo avanza en las calles de Hamburgo llevándome a un club especial de la alta sociedad, dónde quede con la amiga de mi madre. Todos piensan que hay dos bandos en la vida, pero solo hay uno, porqué CIOS está mezclado con la mafia.

Me dan el pase cuando muestro mi identificación, y un hombre me lleva hasta la mesa apartada que solicitó. Cuando paso las cortinas, la mujer italiana está sentada esperándome. Sus ojos me miran fijamente antes de sonreír con cariño.

— Mírate, eres igualita a tu madre. —me mantengo seria mientras sus brazos me envuelven y su olor dulzón llega a mi. — Tiempo sin verte, la última vez que lo hice eras una pequeña muy astuta.

Recuerdo aquellos días dónde me esforzaba por hacerle la vida imposible a su hija con sus primos.

— ¿Qué necesita de mi? —voy al grano inmediatamente. — No tengo mucho tiempo.

Ambas nos sentamos y nos sirven vino de una buena cosecha.

— Necesito protección. —enarco una ceja.

— Dile a tu hija.

— No puedo... —agacha la cabeza y juega nerviosamente con sus manos. — Adal me advirtió que ésto iba a suceder, que iba a cambiarse de bando y que yo no iba a evitarlo... Pero se veía tan feliz con ese hombre que no pude decir nada. 

Su voz sale triste y baja, como si cada recuerdo le doliera el doble. Stella sabía quién era Matteo y nunca hizo nada para evitar que su hija se enrollara con él.

— No quiero escuchar sus lamentos, señora Zimmermann. —suspire. — Su hija acaba de dar a luz, no quiero problemas con Matteo, ya sabe que somos amigos y no me conviene tener malos términos con él. ¿Por qué no regresa con ella y ya? Nos ahorramos mucho.

— No puedo regresar con ella. —niega repetidas veces. — Matteo me llamo antes del encuentro en el apartamento, si regreso con ella me va a matar... Se que ella está a salvó pero mis días están contados si sigo suelta por Alemania.

No me sorprende que él la haya amenazado, Matteo quitará del medio a todo el que interfiera en la unión con su mujer. Ya quitó a su padre y a su novio, falta su mamá. Suelto un suspiro y maldigo en mi interior a mi madre.

— Estarás bajo mi protección solo por la amistad de años que tenías con mi mamá. — sus ojos brillaron con mi decisión. Sigo honrando cada parte de ella todos los días. — Te irás a Bulgaria mañana mismo, mi jet estara listo a las siete de la mañana, intenta estar viva para ese momento.

La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora