CAPITULO 35.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

El estrés me nubla la conciencia, y decido que ese mismo día me largo para Italia.

No siento preocupación por la mexicana, se que es fiel devota a todo lo que lleve mi nombre; pero si me preocupa el loco de Noah y sus intentos de tener a Gina, pero como lo dije, hay tres personas que pueden tocar a Gina Zimmermann y desgraciadamente cuando ella se case con Matteo salgo de esa lista.

Pero Noah tiene mente débil, altos sentimientos sin control y una gran atracción sexual hacia mi persona. Lo cual lo convierte, en un blanco manipulable.

Adriel llega con Emilia al Jet privado y cada quien toma asiento en una parte diferente del avión. No tengo tiempo para prestar atención a las estupideces que me rodean, apenas llegué a Italia tengo que firmar el bendecido acuerdo de alianza, también cortarle un par de dedos a Dexlio, insultar al cabron de Luciano y abrazar a mi hija como lo más importante.

🧩🧩🧩

El caluroso clima de Italia me recibe, el intenso sol impacta contra mi piel blanquecina que adora el frío y tan solo eso es suficiente para llevarme al borde de la obstinación. Agarro la pistola y salgo de la camioneta con Adriel siguiéndome y Emilia intentándolo.

— ¡Qué vas hacer! —Adriel viene casi corriendo. — ¡Recuerda que Alana está adentro!

— ¡Le voy a volar el culo! —grito frenética.

Presiono el gatillo soltando cinco tiros al aire antes de patear la primera puerta. Intento contener los demonios dentro de mi, porqué si salen, mato al cabron que supuestamente dice ser padre de mi hija.

Pateó la otra puerta encontrándome con un grupo de esclavas. Sin pensarlo dos veces disparo dándole entre las cejas a una de ella y las demás huyen inmediatamente.

Hola mami, papá me dijo que voy a ser una linda leoncita cuando crezca. Y también fuimos a un campo de tiros. ¡Se disparar como toda una Di Marco!

Ese maldito mensaje de voz se repite en mi cabeza, como una música asquerosamente pegajosa.

Leoncita.
Campo de tiros.
Papá.
Di Marco.

— ¡SAL HIJO DE PUTA QUE TE VOY A MATAR! —gritó ferozmente mientras les disparó a unas reliquias familiares.

Observo la cabeza de Lucían asomarse con los ojos abiertos de par en par. Lo observo en silencio y subo las escaleras directo a dónde está. Antes de llegar ya ha cerrado la puerta pero tengo la suficiente fuerza para patearla y tumbar la mesita de noche que había atravesado.

— ¡Soy inocente! —grita apenas ve que piso su habitación.

— ¡Tu eres un hijo de puta igual que tú hermano! —vocifero. — ¡TE VOY A DENUNCIAR MALDITO!

La Reina Negra.Where stories live. Discover now