CAPITULO 47.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

Andriette y mi hermano salen de la oficina, Matteo se retira cuando una esclava le dice que la bebé ya despertó y los demás se quedan para que termine de dar las órdenes. Por lo que me dijo Adriel, Alana no va a despertar hasta pasada unas seis horas y tenemos que estar preparados para que empiece el terror.

No tengo cabeza para nada en este momento, solo quiero agarrar la pistola y matar al mundo completo como si eso fuera posible. Los demás Daneses llegan un tiempo después y comienzan a instalarse en los pisos subterráneos de la casa. Entienden su lugar como ejército, esclavos y sumisos, y por eso se mantienen en los pisos fuera de la casa principal.

— Valko necesito que le saques una nueva partida de nacimiento a Alana y borres de todos lados el apellido que le pusieron sin mi permiso. —me masajeo las sienes una vez que tomo asiento de nuevo. — Aparece como Alana Di Marco por la corte Italiana.

— Me encargaré, reina.

Valko Ivanov es el hijo de Krasimir, es licenciado en derecho civil y penal. También tiene conocimientos en otras carreras, pero es demasiado imbécil como para halagarlo tanto. Comienza a usar su teléfono y sale apenas le responden la llamada.

— Tío seguirás manejando a los skriti ubiĭtsi, los quiero más violentos, más ágiles, más sanguinarios. —me asiente una sola vez. — Si antes cortaban gargantas ahora quiero que desmembren y torturen a profundidad. Práctica el camuflaje más a fondo.

El segundo en salir es Krasimir tras haberle dado una orden. Mi abuela y Aneka me miran fijamente, ellas son las principales consejeras, una es la tesorera y la otra la encargada de todos los bares. Choco mi mano con mi mejilla para lograr que mi mente se concentre en algo.

— ¿Puedo preguntar algo? —inquiere mi abuela. Por muy reina que sea, a ella es a la única a la que le tengo un cierto respeto, se murió mi mamá y ella es lo que me queda. Le asiento. — ¿Por qué la niña no está entrenando en la fosa?

— Está muy pequeña. —excuso lo obligatorio en mi organización.

— Puras falacias. —golpea el brazo del sofá. — ¿Con cuántos años entraste tu, Aneka? —su hija contesta cuatro años. — ¿Y tú, Dhalia?

— Con dos.

— ¿Y cuántos años tiene mi bisnieta?

— Cuatro. —aprieto la mandíbula haciendo que la voz salga tensa. — Está muy pequeña, yo le estoy enseñando lo que debe saber y apenas tenga siete se irá directo a la fosa.

— Si quieres que Alana sea una Ivanova pura será mejor que la envíes directo a la fosa apenas despierte. Que se revuelque en la ansiedad y que aprenda a ser mujer, como todas.

Se golpea el pecho dos veces como si fuera una cavernícola. Me niego, aunque es algo obligatorio en mi familia, me niego a enviarla a esa fosa estando tan pequeña. Podrida ya está, le basto solamente el desarrollarse en mi vientre para estarlo, pero no quiero joderle esa linda mentalidad de inocencia que tiene.

La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora