CAPITULO 71.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

Definitivamente tengo tiempo creyendo que todos los hombres en mi vida son estúpidos. Le cambio la ropa elegante a Alana por un traje de baño, ambas nos metemos en el jacuzzi de mi baño y hacemos más burbujas de las que sean posibles..

— Tu serás Emmy la mariposa, y yo Dana la sirena. —me entrega una Barbie con alas de mariposa.

— ¿Y puedo meterla en el agua?

— ¡No! Mami es una mariposa, si la metes en el agua se mojaran sus alas y no podrá volar... Debes entrar en personaje.

Sonrío mientras ella inicia la conversación entre las dos Barbies y me limitó a responder.

— Mami... ¿Te sientes mejor? —asiento soltando la barbie. — Tienes las mejillas rojas.

— Estoy bien, tu mejoras mis ánimos, princesa. —alzo la regadera para quitarle la espuma del cabello.

— Mami quiero ser bailarina. —con ambas manos agarra espuma y me llena el pecho. — De ballet, así como la niña del álbum.

— ¿Qué niña?

— La que tiene los ojos azules y se parece al tío Lucían.

Hago una mueca pero no contesto, debería quemar todos los álbumes de fotos que tengo para que Alana no los vea, aunque me temo que ya los ha visto todos.

— Bueno, mañana tengo que ir a Sofía y tienes que acompañarme... Podemos ir a ver una academia.

— ¡¿En serio?! —me mira con sus ojos llenos de brillos haciéndome una acaricia en el corazón. Le asiento. — ¿Y también puedo ser modelo?

— Mira, hagamos un trato.

— Me gustan los tratos con la reina. —sonríe achicando sus ojos.

— Solo porque siempre te beneficias. —la saco del jacuzzi envolviendola en la toalla de Rapunzel. A decir verdad, estoy muy ebria todavía pero nunca he dejado que otra persona bañe o arregle a mi hija.

— Si tú me prometes ser muy educada, seguirás siendo inteligente para todas tus clases, y seguirás ocultando nuestro pequeño gran secreto... Te inscribire y pagaré todo lo que quieras, sin límites de precio ¿Entendido?

Asiente.

— Y que seguirás siendo tan linda, humilde, amable y fuerte como eres.

Sus mejillas se sonrojan, da el primer paso envolviéndome con sus brazos por mi cintura. Lleno mi pecho con un largo respiro mientras acepto gustosa su abrazo, siento sus labios tomar mi pezón, blanqueo los ojos, es una maña que no he podido quitarle.

— ¿Mami? —murmura separándose de mi para que pueda terminar de secarle el cabello.

— Dime, princesa.

La Reina Negra.Where stories live. Discover now