CAPITULO 58.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

Cuando llegó a Veliko, la Fuerza Militar me cubre a la par de mis guardias. Tanto el presidente, como la ministra deben ser protegidos, y por ser de alto mando tengo protección doble. Soy incluso, más importante que el presidente.

Andrei Volkova, tiene un cargo de homicidio en primer grado y otro cargo por alteración del orden público. Está siendo buscado por La Seguridad Estatal de Servicio de Inteligencia Militar (Darzhavna Sigurnost) y eso lo pone a perder en mi territorio.

El llegar a mi casa es casi entrar a una sede de CIOS, hay militares entrando y saliendo, en cada ventana, puerta e incluso la azotea donde puedo reconocer a muchos de mis hombres. Krasimir fue rápido preparando las tropas de mis asesinos que portan el traje de CIOS y otro grupo el uniforme verde militar de la fuerza de inteligencia.

Aquí es donde me gusta recalcar que no existe un lado sin el otro y nosotros somos los malos que se disfrazan de los buenos y no tenemos remordimiento alguno. Porqué la sede de CIOS que reside en Sofía, me pertenece.

El Mayor General de la Tropa Alpha de CIOS, es Carla Machado, la cual me espera en el centro de la sala principal luciendo el uniforme negro de CIOS, su respectivo chaleco antibalas, la pistola en la cintura y un teléfono en la mano. Tiene el cabello recogido en una dona.

— Ministra y Reina. —hace el respectivo saludo militar y luego una reverencia. — El presidente de Alemania está en llamada, pide hablar con usted.

Uno de los esclavos viene por mi maleta y la chaqueta. Carla me hace entrega del teléfono pero no me preocupo en atender rápido, escucho algunas cosas que tiene por decirme Carla y luego me llevo el teléfono a la oreja 

— Papá. —contesto.

Hija, me entere lo que pasó, un avión con una de mis mejores tropas va hacia Veliko para reforzar a tu tropa. —hago un sonido de afirmación mientras subo las escaleras y me encierro en mi habitación. — ¿Dónde está Alana?

— Se fue con mi abuela.

No explico mucho de dónde están por si alguien está rastreando la llamada, Lucas tuvo que irse con su hermano por unas cosas y Carla es la que se encarga de eso mientras mi pirata no esté. Aparte de que no pienso decirle a nadie que mi hija consumió drogas.

Bien, ¿Y Adriel?

— Igual.

— A veces me gustaría que me dieras el beneficio de la duda con mi nieta.

— No tengo tiempo para esta conversación y eso no pasará. —Me quito la ropa antes de abrir la ducha para que vaya saliendo el agua. — No me voy a arriesgar a perder a mi hija, solo porque quieres ser abuelo. Si quieres verla, puedes venir cuando gustes. Adiós.

Cuelgo la llamada y entro a la ducha fría en la cual no duro tanto como me gustaría. Apenas estoy seca, me coloco el uniforme táctico de color negro con mis habituales botines de tacón grueso, abrochó el arnés dónde clavo mi pistola y en el zapato oculto mi daga.

La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora