CAPITULO 70.

41 2 0
                                    

Dhalia Ivanova

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dhalia Ivanova.

Observó la hora en mi Rolex y suspiro, son las tres de la mañana y estoy lo que sigue de ebria, quizás ligar whisky con vodka no fue la mejor decisión que he tenido, esa y beber con Nikolay.

— Debería irme a dormir. —murmuro lo más claro que puedo y me levanto tambaleante de la silla.

¿Dónde está Luciano?

— Verónica. —me giro para mirar a Nikolay. — Perdóname.

— Jamás.

Tuerce los labios pero prefiero desviar la mirada que seguir rondando en lo que me llevo a beber casi medio mini bar de mi oficina, vuelvo a girar pero termino riendo por el gran mareo que me da y que me obliga a sentarme para poder estabilizar mi cabeza.

— Debo, en serio, debo preguntar, ¿Cómo terminaste casada con Luciano Di Marco?

Vuelvo a observar mis ojos en una persona diferente y sonrío, aunque para mí pesar sea una sonrisa de persona enamorada.

— Así como ves. —alzo mi mano izquierda y el anillo reluce en mi dedo.

Después que Luciano me pidió matrimonio, en los meses siguientes siempre me compraba un anillo nuevo y uno mejor que el otro. Siempre uso un anillo en el dedo anular y casi siempre escojo el que más pasa desapercibido.

Aunque se todo lo ha hecho, no va a borrar el suceso de que se haya metido hasta lo más profundo de mi sistema, y muchísimo menos el que tenemos una alianza como organización.

— Lo demás es... Historia e inconvenientes, pero pasado. —mi tono de voz baja aunque se que él me escucha. — Pero no llegamos a la iglesia.

— Lastima, amabas la idea de casarte con el vestido de mamá. —aparto la mirada y la poso en mis manos. — Todo esto es muy absurdo, me prometiste nunca casarte por tu tonto miedo a que te traicionaran ese mismo día. Gracias a Dios te equivocaste, ese terrible don de nunca equivocarte y de siempre saber todo es aterrador...

Dejo de escucharlo.

"Las manos tiemblan pero estoy decidida a salir de esta habitación. Observo mi reflejo una vez más en el espejo y veo todo perfecto, el ramo es precioso, el vestido todo un brillo andante, mi peinado está lindo pero... ¿Por qué temo salir y ver algo que no quiero? Luciano me ama, no me haría daño, aunque Luciano siempre sea... Luciano. Supongo que solo yo sé de qué hablo, pero...

No Dhalia, es absurdo, no te haría ese tipo de daño.

Sonreí por última vez para practicar mi sonrisa coqueta y abro la puerta de la habitación. Apesar de que uso tacones nunca hago ruido, se caminar sin tener que taconear y estos no son tan altos, me gusta la diferencia de altura entre mi marido y yo.

La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora