CAPITULO 52.

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Dhalia Ivanova

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Dhalia Ivanova.

Al llegar a la edificación de mi empresa las puertas de vidrio blindado se abren adentrándome al mundo donde puedo ser Dhalia, sin tener el peso de mi organización encima. Pasamos la seguridad que agacha la cabeza al mirarme ya que son parte de mi organización y el elevador me recibe cerrando sus puertas y moviéndose hasta el último piso donde está mi oficina.

Carla empuja la puerta de oro rosa que se abre para dejarme ver el piso entero al que llamo oficina. Dejo mi cartera sobre el escritorio de cristal donde hay una MacBook rosada, una lámpara, carpetas y un cuadro con una foto de Alana abrazando a un tigre blanco cachorro que tenía de un viaje que hice y que me ví obligada a venderselo al maldito de Matteo y que ahora se llama Baby.

Lucas toma asiento en la sala de estar que tiene el piso, los muebles blancos de cuero muestran lo caros que son y la poca desencia que tiene el hacker al cruzar las piernas sobre este. La claridad entra por todos lados ya que cada pared del piso es de vidrio blindado, y no me preocupa que me observen porque es el edificio más alto del mundo, superando a las torres gemelas.

— Mi señora. —fijo los ojos en Carla, la cuál es mi secretaria y la encargada cuando no estoy. — Hay algunas cosas que debe hablar con el señor Voinescu que acaba de llegar.

— Házlo subir de inmediato. Y trae a la jefa del piso de contabilidad.

Asiente y se va. Lucas instala todos sus aparatos, apoderándose de una esquina de mi oficina pero sin hacer ruido. Tomo asiento en la silla de cuero blanco y le doy la espalda a la puerta observando el ventanal detrás de mi.

Mi abuela me llamo hace una hora, Alana llegó a salvó y ha tenido dos ataques de pánico en el transcurso del avión mientras dormía. Mi cabeza sigue rondando en lo que inhaló mi hija y en qué no puedo creer que Luciano sentencie a su propia sangre y única que podía tener al mando, aunque la noticia de que Maia estaba embarazada no me pasó por alto, ni me detuvo de dispararle.

Quizás debí haberle dado a su hijo vuelto guiso para que no se metiera con la mía.

Vuelvo al frente acercándome al escritorio y observando de reojo la pared llena de pantallas que muestra la cámara de cada sector de mi edificio. Tocan la puerta y Lucas se cubre la cara antes de que de el pase.

— Buenos días. —la primera en entrar es la contadora y luego llega uno de los hombres con los que estoy haciendo negocios. También entra Valko como mi abogado y se queda de pie detrás de mi.

— ¡Por fin te vemos la cara mujer! —el olor a puro golpea contra mi olfato apenas Voinescu se detiene frente a mi. — La magnate más adinerada de Sofía, es muy ocupada.

— Al menos se en que invertir mi tiempo, Voinescu. —el toma asiento y la otra espera fuera de mi oficina. — ¿Para qué insistes tanto en mi presencia?

La Reina Negra.Where stories live. Discover now