La princesa de dragones

Beginning

 Era la hora de partir, después de días de preparación al fin estábamos listos, me encontraba en mi habitación, me miraba al espejo, seria un viaje largo y cansado pero valdría la pena  al ver Invernalia, había escuchado durante toda mi vida de su belleza, el cual resultaba ser totalmente contrario a todo lo que conocía, solamente estaba familiarizada a la calidez que me brindaba Altojardin, con sus espectaculares atardeceres que hacían brillar hasta la ultima rosa dorada a las afueras del castillo.

-Hermanita, veo que ya estas lista-. Exclamo Margaery desde la puerta de mi habitación.

-Oh, lady Baratheon, me honra con su presencia-. Dije haciendo una falsa reverencia sonriendo y riéndome, a lo cual mi hermana no hizo mas que entrar lanzándome un retazo de tela a la cara.

-Es bueno que vayas aprendiendo mi titulo, asi sera mas natural para ti,pero es momento de hablar seriamente Drac-. Su rostro paso de uno jugueton a uno ligeramente serio.

-Podemos hablar seriamente después, tenemos todo el tiempo del mundo, para ser casi precisas dos meses, vamos se nos hará tarde, ¿donde estan tus maletas? Loras te ayudo y no me avisaron? que acto tan mas vil-. 

-Me temo que no podre asistir con ustedes, hace unos dias llego una carta de la capital, era de Renly, el esta en camino a Altojardin, tengo que esperar por el-.

-¿En camino? Crei que la boda se realizaría a nuestro regreso de Invernalia-.

-Y asi sera, no me podria casar sin la presencia de cada uno de mis hermanos, sin embargo tengo que estar aqui para recibirlo, ¿que clase de prometida seria si no lo hiciera de tal manera?-.

-La clase que es una buena hermana-. Dije sonriendo.

-Oh vamos, demostrare mi valia, es hora de que bajemos, ya todos estan esperandonos-. Ella tomo mis cosas y nos dispusimos a salir del castillo, efectivamente toda mi familia estaba allí 

-¿Entonces me abandonaras junto a estos salvajes? Sabes que no me dejaran respirar ni un solo segundo-. Mencione una vez estando lo suficientemente cerca de mis hermanos.

-¿SALVAJES?-. Gritaron los tres al unisono, mis hermanos eran definitivamente muy diferentes entre si, pero siempre eramos muy unidos, diferentes comportamientos, diferentes intereses, pero siempre compartiríamos la misma sangre, siempre estaríamos juntos.

-Creo que hubo un ligero error, no estas con salvajes, sino con tus leales caballeros que no dejaran que nadie dañe a nuestra querida hermanita-. Dijo Garlan de forma melosa abrazándome

-¿Ves? Son tan empalagosos, no resistiré ni un día con ellos-.

-Basta de juegos, es hora de que partan o no llegaran a tiempo a la comitiva, pongan en alto el nombre de la Casa Tyrell y vuelvan a salvo, al llegar envíen un cuervo-. Dijo mi abuela seriamente

-Tengan cuidado, el camino esta lleno de peligros, los guardias los cuidaran, pero aun así tomen precauciones-. Dijo mi padre.

-Nos harán falta, los extrañaremos-. Dijo mi madre viendo a mis hermanos, me dirigió una rápida mirada, pero no podía llegar a describirla, no era una mirada cálida... sino fría nunca fui tratada con cariño de su parte desde que tengo memoria... sin entender porque.