Invernalia

6.3K 330 29
                                    

Los días en Invernalia, pasaban lentamente, la mayoría de ellos a pesar de ello eran entretenidos, de la mano de mis hermanos y de la propia Sansa, la cual incluso había aceptado escabullirse de sus lecciones de costura para unirse a mi viendo a los muchachos practicar sus habilidades en combate.

-Oh vamos Sansa dímelo-. Dije riéndome mientras compartíamos el asiento a las afueras del castillo, Sansa me había comunicado el hecho de haber escuchado algo que no era debido para ella.

-No puedo, mis padres me matarían-. Dijo ella sonriendo traviesamente.

-Bien, dímelo y te daré uno de los vestidos que traje de Altojardin-. 

-¡Bien! Escucha, estaba pasando por la habitación de madre y padre cuando los escuche discutiendo un asunto muy importante... el matrimonio de Robb, aparentemente ya tienen una chica en mente-.

-Oh, y ¿quien es?-. Cuestione con curiosidad, sin embargo no era algo que me interesara.

-Bueno, padre le menciono a madre que la mejor opción seria una chica del norte, una mujer que estuviera familiarizada con este lugar, pero madre por otra parte... piensa que la mejor opción es una chica del sur, alguien fresco cuya compañía pueda traerle calidez al Norte, alguien humilde, gentil y amable, que pueda encantar incluso a los norteños, y esa mujer eres tu-.  

-¿Yo? Oh, no lo creo-. Dije completamente roja.

-¿Por que no? Eres muy bonita, serias una buena señora-. 

-No, Sans no lo entiendes, yo... lo siento pero una rosa no puede florecer entre la nieve, una rosa del sur no puede lograrlo, yo... no puedo casarme con Robb, no quiero alejarme de mi familia, no puedo-. Dije ya algo alterada.-Lo siento Sans, me tengo que ir-. Sali caminando apresuradamente del lugar, necesitaba tomar aire, sabia que lo que mas le interesaba a mi familia era mi bienestar pero ¿que pasaría si llegaran a considerar que mi bienestar se encontraría yaciendo entre los brazos del joven heredero de Invernalia? Robb era un chico atractivo, y si bien mi mayor deseo era poder enamorarme de alguien antes de casarme este no era mas que una falacia, siendo miembro de la segunda familia mas rica de Poniente, mi destino seria decidido por mi familia y era así como las cosas tendrían que ser... ellos sabrían que era lo mejor para mi, aunque fuera lejos de ellos.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un golpe, tras haber topado en el pecho de alguien, ese alguien para variar siendo Jon.

-Deberías tener mas cuidado, aquí las personas suelen ser algo duras, alguien enojado podría lastimarte-. Me menciono el.

-Gracias lo tomare en cuenta-. Diciendo esto me dispuse a seguir en mi camino, tenia demasiadas cosas que pensar.

-Dracarys... escucha, tus hermanos y los míos fueron de casería, ¿no te gustaría practicar arqueria conmigo, después de todo no volverán hasta el anochecer y tu, tu sinceramente te ves como si un fantasma se hubiera aparecido ante ti-. Dijo el burlándose.

-¿Acaso Jon Snow me esta invitando a pasar la tarde con el?-. Mencione en el mismo tono que el.

-Si mi lady se avergüenza de mi compañía-. 

-Por supuesto que no, seria un honor pasar la tarde contigo, solamente permiteme ir por un atuendo mas adecuado para nuestra reunión-.

-¿Un atuendo mas adecuado? ¿Que acaso tienes un vestido para practicar arqueria?-.

-Mi querido Jon, cualquier dama de alta cuna tiene un vestido para cada ocasión, ademas este vestido me impediría patearte el trasero de una forma adecuada, me seria imposible tener un lanzamiento certero-. 

-¿Practicas arqueria? pensé que las damas solamente tenían que sentarse a coser y aprender musica y danza-.

-Las damas de altojardin podemos hacer eso y mucho mas, ahora permiteme, sino nunca podremos practicar, nos vemos en el patio-. Dije ya emprendiendo una caminata rápida a mi habitación, donde me cambie rápidamente, al salir me reuní con Jon, el cual se veía algo impresionado por mi cambio de vestimenta.

La princesa de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora