Daenys

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En Altojardin los días parecían más brillantes para mi, Jon ya era todo un hombrecito, mi venado, mi sol, hoy sería su día del nombre aunque sería una celebración pequeña debido a que se supone era el hijo de una de las siervas.
Me levanté temprano para ir por mi pequeño, la fiesta sería al atardecer por lo cual los sirvientes caminaba de un lado al otro haciendo los preparativos,  me encamine a la recámara de Jonz pero no lo encontré en ella, esto me sorprendió y mi corazón empezó a palpitar en temor de lo peor, camine a paso rápido por los pasillos en busca de mi hijo ,hasta que al salir del castillo lo vi en los jardines con Willas, entrenando a los  perros. Un suspiro de alivio salió de mis labios al mismo tiempo que tocaba mi pecho en señal de alivio no me acerqué no quería interrumpir ese momento, según me habían dicho Jon y Willas se habían vuelto los más cercanos en este tiempo,ahora compartian un lazo muy fuerte, los observe a la distancia enternecida por la manera en la que Willas trataba a mi hijo, era tan lindo...la mujer que se casará con el sería la más afortunada.
Decidí dejarlos y volví a mi recámara para cambiarme y ponerme algo más apropiado  para la celebración, cuando me termine de preparar me entretuve alistando a mi Arthur y a Alyssane, ambos reían mientras coloca en ellos las prendas de color azul claro.
-Drac, ¿que haces? No debes de hacer mucho esfuerzo, estas embarazada por los siete... ¿porque no pediste ayuda?-. Garlan sonaba algo molesto al haberme descubierto, pero esa molestia cambio a una sonrisa en cuanto escucho sus risitas.
-Embarazada, más no enferma, son mis hijos si yo no los cuido,¿Quien lo hará? Ya han hecho suficiente por mi criando a Jon e hicieron un excelente trabajo-.
-Pero Dracarys entiende porfavor-.
-Escucha Garlan... Aunque quisiera que este tiempo fuera eterno, tengo la certeza de que no lo es, mis hijos no serán pequeños por siempre, además de que pronto tendré que parte de nuevo, no se cuando regresare o si siquiera regresare, quiero atesorar estos momentos junto a ellos, quiero que almenos puedan recordarme, quiero que sepan que los amo-. Para este punto mis ojos ya estaban llorosos, la sola idea de no regresar con ellos me quebraba, no había sido una madre para Jon, el no serlo para ellos me destruía,  pero si tenia que hacerlo para asegurar su bienestar lo haría.
-Ellos lo saben Dracarys, ellos lo saben y lo expresan con sus sonrisas, con sus risas, ellos te aman, ahora no llores, Jon esta muy feliz, este día es importante, será su primer día del nombre a lado de su madre, vamos, será divertido-. Dijo el sonriendo, me ayudó con mis hijos, uno en cada brazo, los bebés ya de 1 año sonreían en los brazos de su tío.

Cuando llego la hora fui por mi hijo a su recámara, portaba una pequeña armadura ligera para que pudiera usarla sin caerse, al verme sonrió.
-Iķärý-. Dijo corriendo hacia mi.
-Vlăsare-. Dije recibiendolo en mis brazos.
-Mira lo que me regaló tío Willas-. Dijo emocionado.
-Ya lo veo, una armadura para un guerrero, luces como tu padre... sólo te falta un detalle-.
-¿Cual?-. Dijo curioso, desde que supo que Robert era su padre había desarrollado una admiración tan grande por él  que se había empeñado en ser como el en todo aspecto, aunque esperaba que nunca escuchara los problemas de su padre con las mujeres y el alcohol.
-Un venado, el blason de la Casa Baratheon, sólo que con unas diferencias-. Dije depositando en sus manos una caja con un listón dorado.
Al abrirlo quedo anodadado, era una medalla de un venado la diferencia entre este y el Baratheon era que en sus astas tenía rosas con espinas rodeandolo y aparecía en un campo rodeado de fuego.
-Gracias madre-. Dijo muy emocionado.
-No hay de que cariño, portalo con orgullo, tal como lo haría tu padre-.
-Madre... hay algo que no entiendo ¿porque me llamo Jon? El tío Willas dijo que era por un viejo amigo de papá, pero no estoy seguro-. Al terminar de decirlo observó la medalla en su mano.
-Si cariño, es el nombre de e hombre que educó a tu padre y lo hizo el gran hombre que fue.-. La mentira... No podía decirle a Jon que su nombre era debido a mi primer amor, aquel que perdí por Robert, no dejaría que mi hijo perdiera la admiración que sentía por su difunto padre.
-Mami¿tu amabas a mi padre? ¿el nos quería?
-Oh Jon, tu padre nos amo más que a nada en el mundo, desde que estabas en mi vientre tal como lo está ahora tu hermanito tu padre te amo, hablaba todo el tiempo de como te enseñaría a pelear como le enseñaron a él, como te contaría leyendas de Poniente y pasaríamos el resto de nuestros días juntos como una familia, no pasaba noche en el que antes de dormir el no te besara la frente cuando naciste, entre las horas de la noche se levantaba para sersiorarse de que respirarás, cuando naciste dioses, esa sonrisa cuando te vio por primera vez, el te amaba más que a nada en el mundo Jon nunca lo dudes-. Tome su manita y la junte a la mía,  sus ojos estaban llorosos pero su rostro tenía una sonrisa.

La fiesta en los jardines fue muy linda,extrañaba esos tiempos... y los extrañaría más cuando la guerra llegará, lo único que quería para mis hijos era que tuvieran la misma infancia que yo, por lo cual me esforzaria por dejar mi hogar fuera de peligro alguno.
Mi hijo era tan amado por todos los que lo conocían, todos le querían y nadie sería capaz de hacerle daño, ningún lord o lady fuera de la familia fue invitado, no queríamos que los rumores se exparcieran y llegarán a Cersei.

La princesa de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora