La princesa de dragones

Downfall

Las noticias acerca de la caída de Desembarco habían llegado a mis oídos apenas unos días después de la llegada de los señores, Cersei había acumulado dentro de la ciudad a cientos de miles de personas para crear una muralla contra mi, "la rompedora de cadenas no se atreverá a matar a miles con tal de llegar a mi" supongo que ese fue su pensamiento, yo no me atreví porque en ese momento lo único que me importaba era mi hermana, y aunque la tuviera a mi lado, que significaría ser la reina de las cenizas para mi... simplemente nada.
El rey nocturno no lo medito mucho, según los pocos sobrevivientes atacó la ciudad en la noche, arrasó con el ejército Lannister y con la mayoría de las vidas de la población, Cersei había escapado con rumbo desconocido, el rey ahora tenía a mi hermana, yo tenía a mi sobrino, el ultimo pedazo para completar su plan.

El ejército estaba listo en solo algunas semanas, la marcha comenzó para alcanzar la capital, a cada paso la desolación llenaba el ambiente del lugar, la esperanza se esfumaba lentamente, el momento había llegado, observe a aquel gran ejercito, al fondo de ellos, se encontraban 3 jinetes, mas no estaban solos, una figura femenina se vislumbraba a la distancia portaba un vestido blanco escarchado como la nieve misma, con ojos gélidos y el cabello lleno de nieve.

La joven reina sintió su corazón acelerarse, quería correr, quería gritar, quería salvarla, abrazarla y dejarle en claro que todo volvería a estar bien,sintió un nudo en su garganta y las lagrimas luchaban por salir de ella,  Jon sostuvo su mano justo como lo hacía antes, con ternura y calidez, hacia semanas que no la tocaba, ni siquiera la miraba, la evadía cada que podía, sin embargo no pudo evitar empatizar con el dolor de su reina,  el era testigo de cuan grande era el amor que Daenerys sentía por su hermana menor, ¿como no hacerlo? cuando la reina dragón pensó estar sola se encontró con aquella joven que le trajo alegrías y le hizo saber que no estaba sola en este mundo, aquella joven que dejo a su pequeño hijo por ir a su lado, aquella hermana que le había regalado 4 pequeñas alegrías a los cuales quería como propios. 

Se retiró del lugar para montar a Drogon, Rhaegal no participaría en  a menos que fuese necesario, Dany temía que el Rey Nocturno pudiera derribarlo por no tener a su jinete con él, los corazones de un jinete y su dragón son uno mismo, es un lazo irrompible pero ahora mismo Dracarys no era ella misma.

-Daenerys, ¿estas segura de poder hacerlo?-.

-Jon prométeme algo, prométeme que pase lo que pase salvaras a mi familia, salvalos-. Pronuncio la joven, tomo su mano por ultima vez antes de partir a los lomos de su dragón.

La batalla dio inicio, el ruido de las espadas lleno el ambiente, el aroma a sangre se precipito a estallar, al igual que el de putrefacción, esperé la señal de fuego para avanzar con Drogon, pero la señal no llegaba,la desesperación aumentaba, había escoltas con su sobrino pero el rey nocturno estaba tras de el, necesitaba acabar con esto rápido. 

Una oleada de frío invadió su cuerpo, al igual que una ventisca, tal como la ultima vez el rey la ataco con el que antes había sido su hijo, pero Drogon le tenía ventaja por su tamaño y agilidad, pese a esto aun se tenia que aferrar a su silla de montar, cuando perdió las riendas se sujeto a los picos de este, se aferro tanto que sintió la sangre escurriéndose entre sus manos, trayéndole algo de calor. 

Sin embargo de un momento al otro, de una forma tan repentina el dejo de atacarla, precipitándose a descender a la tierra, el único pensamiento que resonó en la cabeza de Dany fue "Jon".