Noticias del Norte

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Mi estadía en Desembarco, hasta ahora había sido placentera, al poco tiempo de mi arribo mi abuela y mi hermana se nos habían unido, la compañía de Sansa también era agradable,  excepto cuando hablaba de Joffrey,  no era capaz de entender como alguien tan bueno e inocente como ella  podía estar tan enamorada de el, aún después de lo que pasó con Lady, ese pequeño pedazo de mierda, sin embargo podía llegar a comprender la situación, Joffrey aprecia ser el príncipe encantador ante sus ojos y al final de cuentas era su prometido y debía llevarse bien con el, puesto que hiciera lo que hiciera terminarían juntos.

El día de mi boda se acercaba demasiado rápido, solamente faltaban unos días para el "Gran Día", la prueba de los vestidos era importante, el vestido demostraba mi estatus y por lo tanto según la costumbre tendría que usar un vestido de los colores de mi casa pero Robert se había encargado de mandar a hacer un vestido especial para mi, me encontraba con la costurera, en el cuarto solamente Marg y mi abuela estaban permitidas.

-Es hermoso, realmente hermoso, no puedo creer que alguien como Robert haya tenido la gran idea detrás de este vestido, sera un día para recordar, ¿no lo crees abuela?-. Dijo Marg dándole un sorbo a su copa.

-Sin lugar a dudas quiere dejar en claro lo que Dracarys significa para el, esta gastando demasiado en los preparativos de la boda, sin lugar a dudas esta sera la boda mas costosa de la historia de Poniente, sin lugar a dudas vale la pena, ¿no lo piensas así querida?-. Me pregunto mi abuela.

-Claro abuela... claro-. Dije sin prestarle demasiada importancia.

-¿Quieres verte?

-Oh no, prefiero esperar al gran día-. Dije fingiendo una sonrisa, la realidad era que no quería verme, verme significaba perderme a mi misma, significaba renunciar a todo lo que me era conocido, y aun no estaba lista, no quería renacer, no quería pretender, no quería ser la reina.

Al terminar la prueba de vestidos decidí salir del castillo con la intención de no ser notada, solamente quería hablar con las personas sin que estas se asustaran, no quería que me consideraran como un ser superior, sino como su igual , iba a ser su reina después de todo, sería la mejor Reina que podrían tener. 

-¿A donde vas Dracarys? Aun tenemos muchas tareas que realizar para la boda-. Menciono mi abuela mientras veía como me alistaba.

-Necesito algo de aire fresco, desde que llegue no eh abandonado el palacio, estoy cansada de estar aquí-.

-Estas loca si piensas que en esta capital seras capaz de obtener un aire que no huela a mierda mi querida, pero comprendo tu punto... sin embargo ya que saldrás pienso que es momento de utilizar tus encantos en el pueblo, ya sabes es momento de empezar a acumular seguidores leales a la corona Baratheon-Tyrell-. 

-Abuela, realmente no me siento lista para eso, solamente quiero salir y pasar desapercibida-.

-¿Realmente piensas que la prometida del Rey puede pasar desapercibida? Oh mi querida, ganar el apoyo de las masas es simple, sonríe, saluda haz caridad, besa algunos huérfanos, reparte comida, muéstrate humilde y amable y los tendrás comiendo de la palma de tu mano, no sera difícil, después de todo Cersei es tu antecesora, cualquiera es mejor que ella como Reina, solo asegúrate de que te estén viendo y en cuestión de días estarán vitoreando tu presencia, creí que Garlan había tenido esta conversación contigo-.

-Si... si lo hizo, pero no me siento cómoda haciendo esto-.

-Dracarys es momento de que lo entiendas, estamos en un juego, en uno muy peligroso, es comer o ser comido ahora, con el pueblo llano de tu lado mi querida, al menos tendrás un haz bajo la manga, no estaremos aquí por siempre, tienes que aprender, esto no es Altojardin, aquí, en este palacio la mitad de las personas aquí desean verte muerta y si no empiezas a pensar fríamente, les darás el gusto de hacerlo,entiéndelo, el día de tu boda marca el antes y el después y tu seras la que defina que sera de ti, es momento de empezar a construirlo-. Ella tomaba mis manos mientras me veía, solamente baje la mirada y asentí, no me gustaba manipular a las personas, pero era una Tyrell.

La princesa de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora