Baby

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El amanecer en AltoJardin era calido, los pájaros cantaban por la ventana y los rayos del sol empezaban a calentar el castillo, me levanté de mi cama para mirarme al espejo, cuando Margaery entró por la puerta, en sus manos cargaba una caja.
-Marg, ¿ que es eso?- Dije con una sonrisa.
-Es sólo un pequeño regalo, tus vestidos de embarazo no son muy lindos, la moda de la capital es tan... anticuada, tienes que estar linda el día de la boda de tu hermanita después de todo- Dijo ella emocionada sacando el vestido de su caja.
-Por supuesto, lo había olvidado con todo lo que tengo en la cabeza, ¿cuando será?- Dije alegremente, tome el vestido entre mis manos.
-En un mes talvez, no estoy totalmente segura- Dijo sonriendo y tomando mis manos.
-¿Realmente es lo que deseas?-.
-Más que a nada en el mundo Drac, amo a Renly, con todo mi corazón-. Sin embargo sabía que mentía, conocía a mi hermana como a la palma de mi mano.
--Habla libremente hermana, después de todos las paredes de este lugar no tienen oídos y mucho menos bocas, nuestros ancestros se han encargado de cerrarlas con cientos de miles de espinas al pasar de los años-.
-Eh escuchado ciertos rumores que me consternan un poco-.
-¿Rumores? ¿Acerca de que?-.
-Las preferencias carnales de mi prometido, dicen que gusta de la compañía de personas de su mismo sexo-.
-Oh si, había escuchado algunos de esos rumores, decidí ignorarlos cuando se comprometieron-.
-Eso no me consterna tanto como el segundo rumor que escuche-. Dijo ella esta vez mirando hacía las afueras de la ventana.
-¿Cuál sería?-.
-Nuestro hermano se a enamorado, ¿lo sabías? El pequeño Loras esta enamorado-.
-No tenía la menor idea, ¿quien es la afortunada?-.
-Él, el afortunado Drac, el afortunado es Renly, mi futuro esposo es el afortunado-.
-¿Es correspondido?-. Respondí con cierto impacto.
-Sin lugar a dudas lo es, ellos se miran y llamaradas salen de ellos, es increíble, estoy realmente feliz por ellos, ¿que más podría desear que ver a mi hermano feliz? No me molesta, solo necesito un hijo, un hijo que avale que soy apta como esposa, soy una tyrell, soy la hija de Mace, la nieta de Olenna, soy...-.
-Eres Margaery, y¿ sabes que es lo que me haría feliz a mí? Ver a mi hermana feliz, ver a todos mis hermanos felices, si no te agrada, si sabes que el no gusta de tu sexo, ¿porque no buscas a alguien más? Eres hermosa no será difícil-.
-¿No lo entiendes? Claro, ¿como podrías entenderlo? Estas casada con el rey, si yo no me caso con Renly, ¿cuál es mi opción? Todos los lords ya están casados, almenos los interesantes... no es mi deseo congelarme en el norte, ni vivir oliendo el pescado toda mi vida, los Lannister no son una opción, nunca me casaría con alguien de una casa vasalla, por todos los díoses-.
-Margaery sabes a lo que me refiero-.
-Basta, me tengo que ir, no me siento del todo bien-.
-Sabes que nada de lo que eh dicho lo eh dicho con una mala intención, solo...-.
-Solo quieres que sea feliz, eso es lo que quieres, pero el matrimonio no es cuestión de amor, es cuestión de poder, es cuestión de familia, tu cumpliste tu labor, es mi turno-.
- Marg...-.
-Basta Dracarys, tengo asuntos que atender acerca de la boda, espero disfrutes el vestido-. Dijo ella saliendo apresuradamente de la habitación.

Mi podre hermana...

Los días habían pasado rápidamente entre los planes para la boda y mi embarazo. Y el día había llegado, me encontraba en la recámara de Margaery ayudándole con su vestido

Sin dudas se veía hermosa, en el cuarto nos encontrábamos sus damas y yo.


Padre entró en la recámara y sonrió al verla, se veía radiante y hermosa.
Salimos de la recámara y detrás de nosotros, la ceremonia sería en el jardín, estábamos todos reunidos las familias más importantes del dominio estaban allí, Robert estaba conmigo sonriente, me tomaba de la mano y conversaba alegremente con los invitados, los cuales no hacían más que otorgar sus mejores deseos para nuestro hijo.

Margaery y Renly unieron sus almas, cuerpo y corazón y lo formaron en uno sólo, Willas se encontraba a mi lado, sentí su cuerpo tensarse al ver como el septon unía las manos de los ahora esposos, observe de reojo como se le cristalizaban los ojos, podía sentir su dolor... así que tome su mano y la estreche fuertemente demostrandole mi apoyo, el sonrió y luchó saliendo airoso en contra de las lagrimas que se luchaban por salir.

La princesa de dragonesWhere stories live. Discover now