La noticia

3.4K 219 15
                                    

Las cosas desde aquel día no volvieron a ser las mismas... Robert casi todas las noches me hacía suya, una y otra vez, sin embargo antes de cada encuentro una cálida conversación se establecía entre ambos y al terminar un siempre había un abrazo cariñoso antes de dormir.
Trate de hacer lo mejor en mi situación, Sansa pasaba casi todo el tiempo a mi lado, hablabamos de muchos temas, ella era una gran amiga, sin embargo los malestares no me habían dejado ni a sol ni a sombra evitando y dificultando mis salidas a los jardínes.
Una tarde junto a Sansa mientras estabamos visitando el pueblo, una mujer anciana ciega se acerco a mi tocando mi vientre, los guardias rapidamente desembainaron sus espadas a lo cual yo emití un gesto con mi mano para que no la lastimarán.
-Su majestad espera a un príncipe, el príncipe más bueno que los siete reinos allán visto, su nombre y su leyenda perduraran por los siglos de los siglos majestad, si, de su vientre nacerá el niño cuya sangre corre la tormenta y corre el fuego, un hermoso varón fuerte y sano como su padre y hermoso como su madre-. Dijo aquella anciana ciega.
-Disculpe pero aún no estoy embarazada-. Le dije sonriendo.
-Vaya al castillo y verá que no me equivocó, le deseo la mejor de las suertes princesa Dracarys-. Dicho esto, ella me entrego una moneda "para la suerte, la necesitará en un futuro princesa"-. Menciono de nuevo ella, me pareció peculiar la manera en la que ella me decía princesa cuando mi título era el de reina, pero no le tomé demasiada importancia, tenía que ver a un maestre pero no confiaba en Pycelle, necesitaba saber si era verdad, al llegar a mi habitación pedí a mi sirvienta que trajera a una partera de confianza, tal vez una me podría ayudar, en unas pocas horas una de ellas se hizo presente ante mi.
-Majestad-. Dijo ella haciendo una reverencía.
-De pie porfavor, necesito de su ayuda, eh tenido algunos malestares que podrían estar ligados a un embarazo pero no es mi deseo compartirlo con el maestre del castillo así que todo lo que ocurrá hoy será totalmente confidencial, ¿quedó claro?-.
-Como usted lo desee majestad, ahlra porfavor recuestese para revisarla-. Me pidió amablemente ella.
Tras unos largos minutos ella se puso de pie y me miró sonriendo.
-Felicidades majestad, esta embarazada de nuestro futuro príncipe-.
No lo podía creer... yo, yo sería una madre, era... el hecho de tener un ser creciendo en mi vientre me hacía feliz pero... con él, los problemas se venían, Cersei sin lugar a dudas intentaría matarnos, tenía que proteger a mi pequeño a como diera lugar, mientras pensaba esto instintivamente posee las manos sobre mi vientre, agradecí y pague a la partera.
Me recosté esperando la llegada de Robert, el cual al verme se sorprendio de encontrarme acostada.
-¿Que pasa querida? ¿te sientes mal? ¿quieres que llame a Pycelle o te traiga algo de comer?-.
-Robert... hay algo que tengo que decirte... ultimamente e tenido algunos malestares, no quería decirte para no preocuparte pero, hoy fui al pueblo y algo paso-.
-Drac,¿que ocurre me estas asustando?-. Dijo el tomando mis manos, notablemente preocupado.
-Bueno esto solamente te afectaría si no estuvieras dispuesto a levantarte en la madrugada por los lloridos del bebé o si tuvieras miedo de ver su pequeña sonrisa-. Dije sonriendole, su semblante cambió rapidamente.
-Que? ¿Que me estas queriendo decir?-.

-Robert estoy embarazada, tendremos un hijo, un príncipe-. Dije llorando de la emoción.
Robert no dijo nada, solamente me levanto de la cama para cargarme y besarme, estaba locamente emocionado.
-UN HIJO, UN HIJO TUYO Y MÍO, SERÉ PADRE, SERÉ PADRE-. Dijo el dandome vueltas, yo solamente reía y sonreía, el me bajo en pocos instantes para darme un beso en la frente.
-Gracias por darme este hermoso regalo que crece en tí, los dioses me dan la razón, tomé la mejor decisión, te amo Dracarys.
Luego de ello, Robert ceno conmigo, como todas las noches solo que le hablaba al bebe y tocaba mi vientre a la menor oportunidad posible.
Dormimos plácidamente juntos, al despertar el ya no estaba pero no le tomé una gran importancia puesto que en las mañanas los asuntos como Rey no se hacían esperar.

ROBERT P.O.V
Estaba feliz por todo esto, al fin tendría un hijo con la mujer que amaba y ese niño sería mi universo, el sería mi heredero, el único con derecho al trono, lo educaria para que fuera un gran rey, entré al salón en donde ya todos estaban reunidos, Ned, Varys, Meñique y Pycelle, sólo faltaba yo.
Tome mi lugar y todos me miraron
-Bien antes de empezar tengo una gran noticia que darles, mi esposa la Reina Dracarys esta con niño-.

Ned se paró de su asiento para abrazarme.
-Que los dioses bendigan a ese pequeño y que crezca para ser el reflejo de su padre- Dijo él felizmente.
-Mis mejores deseos para el Príncipe-Dijo Varys.
-Felicidades majestad, que el niño nazca fuerte y sano-. Dijo meñique desde su asiento.
- Que los dioses protegan al pequeño-. Dijo Pycelle.
Dimos por iniciada la junta estábamos hablando sobre las deudas que teníamos con el Banco de Hierro de Bravoos, cuando una Cersei furiosa de hizo presente en la sala, todos nos pusimos de pie a su entrada.
-¡COMO ES POSIBLE, EMBARAZASTE A ESA PEQUEÑA ZORRA-. Dijo alterada.
-Cersei tranquilizate, estas muy alterada, no estas concienye de lo que dices-.Estaba tratando de contenerme.
-CLARO QUE ESTOY CONCIENTE DE LO QUE DIGO, ESA PEQUEÑA ZORRA TE VA A DAR UN HIJO!, YO TE DI 3 HIJOS, MIS MEJORES AÑOS LOS CONSAGRE A TI A CUIDAR DE TUS HIJOS, AHORA LLEGA UNA RAMERA DE ALTOJARDIN Y TE VAS COMO PERRO FALDERO DETRÁS DE SUS FALDAS NO SÓLO PARA COGERTELA SI NO PARA PONERLE UNA CORONA EN LA CABEZA!!!! Y SEMBRAR UN BASTARDO EN ELLA-.
No aguante más...


Todos los presentes de quedaron atónitos, nunca me habían visto golpearla.
Camine a paso apresurado para salir del lugar, fui a los jardines a pensar un poco, quería tranquilizarme antes de ir a ver a Dracarys no quería herirla.
Estuve allí hasta que mi enojo había pasado y en mi sólo había serenidad, decidí regresar a la habitación, me encontré a Dracarys leyendo, a lo cual me uní a ella, conversamos amenamente durante todo el día, ella era mi calma, mi serenidad, la amaba inigualablemente.

La princesa de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora