La princesa de dragones

El día

 Un nuevo día, un día normal para muchos, pero claro, ese no podía ser mi caso, hoy no era un simple día, este día definiría el resto de mi vida, este día dejaba de ser solamente la hija de Mace Tyrell de Altojardin para convertirme en una reina, la reina de los siete reinos... la esposa de Robert, por mi mente los recuerdos corrían como el agua, me mantenía acostada, mirando hacia el techo, ¿Cómo llegue a esto? Era el cuestionamiento que retumbaba hasta en lo más recóndito de mi mente, nada en mi vida volvería a ser igual, a partir de ahora mi hogar, mi lugar en el mundo sería desembarco, no volvería a poner un pie en altojardin en mucho tiempo, no volvería a correr por los prados mientras el sol descendía, no volvería a sentir las aguas del mander chocando contra la palma de mi mano, los rostros, los momentos invaluables, todos se juntaban a la par de mi corazón indeciso, si bien Robert había demostrado ser buen partido, con sus detalles, con sus atenciones, desde que llegue aquí, él se había esforzado por pasar tiempo conmigo, paseábamos por los jardines todas las tardes, recorríamos cada rincón de la fortaleza juntos, muchos murmuros chocaban contra mis oídos al hacerlo, entre mayor tiempo pasaba con Robert más claro me quedaba cuanto este me quería, parecía una persona completamente diferente, era agradable estar con él, sin embargo mi corazón seguía perteneciendo a aquel bastardo del Norte, ¿Cómo podría olvidarlo? No lo sabía, probablemente nunca lo lograría, pero era válido soñar con un imposible, me levante algo desganada para observarme en el espejo, me lave la cara y di la indicación a mis damas para ayudarme a prepararme, se adentraron en la habitación activamente, me peinaron, pusieron algo de rubor en mis mejillas para darme una apariencia jovial y saludable, rizaron mis pestañas y por ultimo me ayudaron a ponerme mi vestido de novia, era simplemente majestuoso rojo y con detalles bordados de oro, Robert lo había mandado a hacer para mí, especialmente para mí-.

-Se ve hermosa mi lady, toda una reina-. Dijo una de ellas.

-Lo agradezco...hoy es un buen día para lucir de esa manera-. Dije sonriendo tímidamente, me mire al espejo una vez lista, me veía muy hermosa realmente, no parecía ser la misma persona.

-Su majestad -. Dijo Marg entrando a la habitación haciendo una reverencia.

-Solamente hermana-. Mencione sonriéndole, ella me abrazo fuertemente.

-Por los siete, nunca pensé que este día llegaría tan rápido, mi hermanita, la pequeña que corría a mi habitación cada vez que había una tormenta es ahora toda una mujer, pareciera que el tiempo paso demasiado rápido, ¿no crees?-. Ella aun tomaba mis manos, yo no decía nada, me mantuve en silencio pensando en el todo y en el nada, incapaz de dar una sola palabra.

-Ven, la abuela y el resto de la familia nos aguardan en el septo-. Ella me tomo del brazo y me guió a las afueras de la habitación, para emprender el camino hacia el carruaje que nos trasladaría, las personas se detenían a mirarme, sinceramente inclusive yo me sentía sorprendida por el cambio, me veía radiante a pesar de la tristeza que aquejaba mi alma.