La princesa de dragones

The New Lioness

Los preparativos para la boda me tenían exausta, la fiesta se haría en uno de los jardines y sería grande, .
Faltaba ya 1 semana para la Unión y no veía mucho a Tywin, el se excusaba con todas sus obligaciones como mano del rey, sin embargo no eran mas que eso... excusas, el no sostenía algún interés en mi, los rumores acerca de el recibiendo putas en la torre de la mano me consternaban, ni siquiera Robert siendo el rey de las putas me llego a hacer eso, ni durante nuestro compromiso, no matrimonio, ni siquiera cuando no podíamos estar juntos de una manera conyugal, pero claro... Robert me amaba.

Me encontraba en mi habitación leyendo un libro de Alto Valyrio cuando una nota de deslizo debajo de mi puerta, cuando salí a buscar el paradero del encargado de aquello en los corredores no había nadie,lo cual me pareció raro, abrí la carta para ver su contenido...

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Amada Lady Tyrell:
Quisiera que hoy nos reuniéramos en los jardines, tengo asuntos importantes que hablar con usted.

Tywin Lannister.
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La letra llamo mi atención, no era su letra, sin embargo  probablemente le habría pedido a uno de sus sirvientes redactar la carta.

Lo busque por los corredores del jardín pero no lo encontré a el, no encontré a el león... encontré a la leona.
-Querida-. Dijo Cersei.
-Reina Cersei-. Dije haciendo una reverencia con la cabeza.
-Vaya, no pensé que fueras a venir-
-¿A que se refiere alteza?-.
-A que debes de pensar que mi padre está muy enamorado como para creer que dejaría sus deberes por venir a reunirse contigo-.
-Bueno... no es difícil de creerlo después de todo, nos casaremos pronto-.
-Querida...el sólo querrá verte cuando tenga que meter su pene en ti para procrear-.
-Claro... eso lo sabes por experiencia porque eso era lo que hacía Robert contigo, ¿no es cierto?-.
-Parece irónico ¿No? Primero me quitas a mi esposo y ahora posas tus ojos en mi padre-.

-Quisiera recordarte que yo no fui la que pidió a Robert en matrimonio, y tampoco fue el caso de tu padre, ambos fueron los que pusieron sus ojos en mi-.
-Robert sólo se fijo en ti por ser como Lyanna en medio de una borrachera, por ser sólo un fantasma, una sombra de Lyanna Stark.-

-Eso ocurrió al principio, pero con el tiempo Robert me entrego su corazón  me entregó su corazón y su alma Cersei, el me amaba por lo que era, por Dracarys, no por Lyanna, y eso es algo que tu nunca tuviste-.
-Algo que si tuve fue hijos de el-.
-Oh Cersei, yo tuve un hijo de el, es una lástima que tanto tu hijo como el mío murieran, ahora si me disculpas querida "hija" no tengo tiempo para esto, los preparativos no esperan y a tu padre tampoco le agrada mucho esperar-. 

Los días pasaron más rápido de lo planeado y de pronto el dia llego, me despertaron más temprano de lo usual para ponerme el vestido y peinarme.

Algunas damas de Casterly Rock habían sido llamadas por Tywin para ayudarme con mi preparación personal 

-¿Debe ser difícil no?-. Dijo una de  ellasmientras hacia la trenza.
-¿Que cosa?-. Pregunté confusa.
-Bueno... tener que competir  contra el recuerdo y sombra de Joana Lannister, ¿Sabe se dice que Lord Tywin nunca volvió a sonreír después de su muerte y que todo lo bueno de el murió con ella-.
-Es bueno saberlo, no es mi deseo llenar ninguna sombra, yo haré mi propio lugar, ademas como debes de saber al casarme con Tywin seré la señora de Casterly Rock y como tal los hijos que tenga serán Lords y Ladys de Casterly Rock... por lo tanto, yo tendré que dar mi aprobación mediante todos los matrimonios de las casas vasallas y créeme, que recordaré cada rostro y cada palabra de cada una de las personas de este cuarto al meditar mi decisión-.

La chica permaneció callada y se dedicó a terminar de peinar mi cabello.

Todo estaba listo... subí a la carroza si me llevaría al Septo de Baelor las campanas sonaban y a mi llegada las puertas se abrieron de par en par.
A mi lado estaba Willas, y a la distancia Tywin, el cual esbozo una sonrisa ligera al verme entrar en aquel salón, pude también ver a Cersei, con su mirada venenosa sobre mi, lo cual amplio mas mi sonrisa, Willas tomo mi brazo y me guió por el pasillo,en mi primera boda mi padre me había entregado y Willas había luchado por ser el segundo en entregarme, por mi mente lo único que corría eran los recuerdos de mi pequeño y mi vida con Robert, la corta vida que nuestra unión tuvo y lo perfecto que hubiera sido tenerlo conmigo.

Mi vestido era majestuoso, era blanco por mi elección, me había negado a usar los colores de mi casa o de la casa de Tywin, esta era yo, la cola del vestido contaba con los detalles de enredaderas de rosas con espinas las cuales se entrelazaban en el vestido de una manera hermosa.
Caminamos por el pasillo hasta que me entregó a Tywin.
-Te hago entrega de la rosa dorada de Altojardin, no dejes que se marchite-.dijo Willas a Tywin.
-Nunca-. Dijo el en respuesta.
El septon empezó a hablar pero yo no le prestaba atención... pensaba en todo lo que había pasado, sólo reaccione cuando ató nuestras manos.
-Ahora estas 2 personas son una misma carne, un mismo corazón, una misma alma, ante los dioses y ante los hombres-.Dijo aquel hombre.
-Que así sea por siempre-. Dijo Tywin sonriéndome.
-Que así sea-. Respondí con la misma sonrisa.
Dimos un beso que dio por afianzada nuestra unión, fue un beso dulce y tierno.
Salimos de allí para ir a el banquete, nada del otro mundo para ser exacta, pero había algo que me preocupaba, la noche de bodas... Tywin se había casado conmigo para engendrar más hijos y eso haríamos esta noche... pero no estaba lista para ello aún no. Amaba a Robert aun y aunque no había tenido problemas para estar con Oberyn, Tywin era diferente, Oberyn era pasión pura.

Cuando llego el momento el tomo gracilmente mi mano y me guío fuera de los jardines para entrar a nuestra nueva alcoba.
-Te ves hermosa-. Dijo besando mi cuello.
-Gracias mi lord-. Dije sonrojada.
El tomo mi mano para después besarme, llevarme lentamente a la cama... y consumar el matrimonio.
No fue como con Robert, Tywin fue salvaje y tierno a la vez y bueno... demostró quien era el león de Casterly Rock, a la mañana siguiente desperté sola, con una nota que decía que se había ido por una reunión urgente del Consejo. Me puse un vestido blanco ligero para salir a caminar pero lamentablemente como no todo es bueno en la vida me encontré a Cersei a la mitad de mi camino.

-Que cara tienes, ¿mala noche? el blanco no te sienta tan bien después de todo, es el color de la pureza, cualidad de la que notablemente careces -.
-En eso estamos de acuerdo, es algo que estoy segura tu padre podría responder gustoso-.
-No te saldrás con la tuya pequeña zorra.- Dijo enojada tomando mi brazo con fuerza.
-Hay hija mía. . . Ya lo hice-.

Dije sonriendo soltándome de su fuerte agarre para después irme caminando tranquilamente por el lugar.