Capítulo diez.

158 20 2
                                    

La reacción fue inmediata. Los ojos de James y Connor se abrieron por la sorpresa y yo temí que empezaran a gritarme. Tragué saliva y me preparé para escuchar lo que mis amigos tuvieran que decirme. ¿Me daba miedo? Si, por supuesto. El causante de la ruptura había sido yo, y aunque no les había contado los verdaderos motivos, mis amigos se habían enfadado mucho conmigo cuando había decidido huir.

Pero la reacción que tanto temía no llegó. En su lugar, Connor se acercó hasta donde yo estaba y me cogió de la mano, llevándome hasta el sofá. Fruncí el ceño, sin entender qué era lo que estaba pasando. ¿Acaso iban a gritar los dos a la vez? Dejé que Connor se acomodara en el suelo frente a mi y el brazo reconfortante de James me rodeó los hombros.

Durante unos segundos cerré los ojos, respirando hondo. Nadie allí habló y lo agradecí. Volví a abrir los ojos y miré a Connor, que estaba frente a mi y me sonreía. Era una sonrisa cálida. Me mordisqueé el labio, aguantando las ganas de llorar y dejé que el silencio cayera allí, que solo nuestras miradas hablaran para contar algunas cosas, como siempre había pasado.

- Brad.. 

- No sé lo que siento por él. - Contesté, negando con la cabeza. - No quiero hacerle daño.

Hablé antes de que James pudiera decir algo. Conocía a mi amigo y sabía que ahora se preocuparía por los dos y en realidad no había dicho una mentira. Me negaba a volver a hacerle daño a Tristan por no saber controlar mis sentimientos. El rubio me importaba demasiado como para hacerle daño una segunda vez.

Me giré para estar de cara a James, que en ese momento se estaba mordiendo el labio y supe que había dicho lo correcto. Solo necesitaba un poco de espacio para pensar en lo que había pasado en el apartamento de Tristan. Me daba mucho pánico tirarme a la piscina y equivocarme. ¿Y si Tristan había dejado de quererme? Me estremecí solo de pensarlo.

- ¿Que va ha pasar ahora? - Preguntó Connor, miré en su dirección. 

Vacilé antes de contestar. Ni siquiera sabía que iba a hacer, por que estaba hecho un completo lío. Estaba muy claro que seguía sintiendo cosas por mi mejor amigo y que no podía simplemente dejar de pensar o desconectar de lo que sentía por él por que si seguía así, se haría más y más fuerte.

- Necesito... tiempo para aclarar mis sentimientos. - Contesté al final, dejando escapar un suspiro.

- Lo entendemos y estaremos aquí para ti siempre que lo necesites. - Dijo James, y lo agradecí.

Sentí un golpecito en la pierna y al levantar la cabeza, vi que Connor me estaba sonriendo. Me sentía mucho mejor ahora, después de haberlo hablado con ellos. Necesitaba tiempo, eso era cierto. Sonreí un poco y Connor volvió a darme un golpecito en la pierna.

- ¡Voy a sacar vino para animarte! - Gritó y antes de que pudiera negarme, ya se había levantado y echado a correr por todo el pasillo.

Lo vi correr hasta la cocina con una mueca y me giré para mirar hacía James, que seguía estando a mi lado. Negué con la cabeza y señalé en la dirección en la que mi amigo acababa de desaparecer. 

- ¿Como consigues controlarle? - Pregunté, y James se encogió de hombros.

- ¿De verdad hay alguien que pueda controlar a Connor Ball? - Preguntó él a su vez, y entonces yo negué con la cabeza.

Connor podía llegar a ser imparable.

[...]

- ¡Yay! - Gritó Connor cuando James retiró la copa de su mano.

El menor frunció el ceño y yo me reí de esa reacción. Recordaba lo mucho que molestaba a Connor que le quitaran las cosas de las manos y más en ese momento que estaba bebiendo. El ojiazul formó un puchero con los labios mientras miraba la copa que James todavía sostenía entre sus dedos.

- Es mía.. 

- Creo que has bebido suficiente, Conn.

- Nunca es suficiente. Además, estamos aquí para animar a Brad. - Contestó Connor y en ese momento yo fui quién frunció el ceño.

- A mi no me uses de excusa. - Contesté, y le saqué la lengua.

Connor volvió a fruncir el ceño y James decidió que ya había bebido suficiente y que era hora de irse a casa. El mayor dejó las copas sobre la mesa y se acercó para darme un abrazo y poder despedirse. Susurró un "no te preocupes" en mi oído y yo sonreí. Connor se acercó después y me dio un abrazo y un beso en la mejilla.

Acompañé a mis amigos hasta la puerta y cerré cuando ambos salieron. Me apoyé sobre la madera, soltando un suspiro y cerré los ojos. Durante todo el rato que mis amigos  estaban allí, había olvidado por completo lo que había pasado pero ahora que estaba solo, el recuerdo de los labios de Tristan sobre los míos volvió.

Solté un suspiro mientras sentía como mis mejillas se teñían de rojo. Me mordisqueé el labio y por un momento me recreé en el movimiento de sus labios sobre los míos, de sus manos sobre mi rostro. Había echado en falta esos gestos el tiempo que estuvimos separados.

Abrí los ojos y sonreí. Tristan había ocupado de nuevo mis pensamientos y lejos de ayudarme a aclarar mis sentimientos, lo único que consiguió fue hacer que tuviera más dudas.

"Tristan, ¿Qué narices estás haciendo conmigo?"

Stolen moments ∆ TradleyWhere stories live. Discover now