Capitulo treinta y cuatro.

96 15 7
                                    

Salí de la habitación dejando que Tristan durmiera tranquilo un rato más. Mi estómago gruñó y me pasé la mano por la zona, soltando una risita. Recorrí despacio el pasillo hasta llegar al salón y lo primero que hice fue subir la persiana. Las vistas, desde allí, eran tan bonitas que durante unos minutos me quedé embobado. Aún con una sonrisa bobalicona en los labios, me aparté de la ventana y cogí mi teléfono móvil.

Vi que tenía un montón de llamadas perdidas de Connor así que caminé hasta la cocina, tratando de hacer el menor ruido posible mientras llamaba a Connor por teléfono. Mi amigo me cogió la llamada al segundo sonido y nada más hacerlo, me gritó en el oído algo que desde luego yo no entendí. Aparté el móvil de mi oído al mismo tiempo que levantaba la mano para frotar la zona afectada.

- ¿Brad? ¡BRADLEY!

- ¿Qué quieres? A parte de dejarme sordo, gracias.

- Un placer, Brad.

Rodé los ojos ante el sarcasmo en la voz de mi amigo. Al menos no parecía enfadado, cosa que agradecía por que después de que Tristan les hubiera cerrado la puerta en las narices, no habíamos vuelto a hablar. Esperé un tiempo prudente, mientras sacaba la leche de la nevera y un bol de uno de los armarios. Lo dejé todo en la encimera y volví a coger el móvil.

- ¿Vas a contarme ya qué pasa?

- ¿Que tal anoche? ¿Hicisteis bebés?

- ¡CONNOR! - Grité, y eché un vistazo detrás de mi.

Decidí cerrar la puerta de la cocina para que Tristan no me escuchara gritar y pudiera dormir un poco más. A continuación, y maldiciendo por lo bajo a mi amigo, volví a coger el teléfono mientras me preparaba el desayuno. Mi estómago volvió a gruñir y yo fruncí el ceño.

- ¿Entonces hicisteis bebés? - Volvió a preguntar Connor.

- No, imbécil. Estuvimos hablando, en el estudio que tiene en casa, y luego me quedé dormido. - Contesté, con calma, esperando la reacción de Connor.

- ¿Y después hicisteis bebés? 

- ¡Te quieres callar! - Grité, armándome de paciencia.

Connor murmuró un "qué antipático" y yo rodé los ojos, intentando contar hasta diez para no ir a matar a mi amigo con mis manos en ese momento. Un breve recuerdo de la noche anterior llegó a mi cabeza y sonreí de manera involuntaria, sin prestar demasiada atención a lo que Connor me estaba diciendo. No estaba muy seguro de querer contarle que había pasado, pero Connor había preguntado.

- Después me llevó a la cama, y me preparó un té con miel para poder dormir. Se portó muy bien conmigo.. después de todo.

- Brad, le gustas. O sea, le sigues gustando, yo incluso diría que más que antes.

- Lo sé... y mis sentimientos por él crecen cada día un poquito más. Con cada pequeño detalle.

- Eso es muy bonito, Brad.

- Si. Es que... me cuesta mucho no dejar de pensar en lo que pasó. Pero he decidido que no quiero volver atrás, que quiero centrarme únicamente en el ahora. Y mi ahora significa estar a su lado. 

- ¿Lo quieres mucho, verdad?

- Más que a nadie, Connor. Tristan es... tan importante para mi que la sola idea de pensar que puedo volver a perderlo me rompe por dentro.

- Pero no vas a volver a perderlo...

- ¿Como estás tan seguro?

- ¿Estás de broma? Mira, James y yo no quisimos contarte esto por que sabíamos cómo podía afectarte pero después de que te fueras, Tristan no dejaba de hablar de ti.

- ¿Lo hacía?

- Por supuesto, todo el día. Y lloraba por que te echaba de menos. Brad, no he visto a nadie tan enamorado como he visto a Tristan nunca en mi vida. Te quiere por encima de todo.

- Pero yo no.. no lo sabía.. yo...

- Tristan te quiere, Brad. Solo hay ver la forma en la que te mira todo el tiempo, aunque tu no quieras darte cuenta.

- Estoy tan confuso...

- No deberías. Yo en tu lugar lo tendría muy claro. Tristan es el hombre de tu vida, tu mitad. Hasta yo lo sé, Brad.

- ¿Y si vuelvo ha hacerle daño? No quiero romperle de nuevo el corazón.

- La única manera de saber si lo harás es arriesgarte. Sabes que siempre me tendrás allí para ti si me necesitas, y a James también.

- Creo que necesito.. necesito pensar... yo... 

- Brad, por favor, no hagas ninguna tontería.

- No lo haré, yo...

De repente, comencé a sentirme abrumado. Millones de sentimientos se agolpaban en mi interior, obligándome a soltar un jadeo involuntario. Todo lo que había estado hablando con Connor empezaba a pesarme en el alma, como un losa y sentí que no podía respirar. Sin despedirme de Connor, colgué el teléfono. La sensación de agobio volvió a mi y tuve que tragar saliva. Dejé el teléfono sobre la encimera y salí de la cocina.

Eché a correr por el pasillo, sin ser consciente de que lo único que llevaba puesto era una camiseta de Tristan, pero no me importaba. Conseguí llegar hasta la puerta justo cuando Tristan llegaba hasta el salón. Nuestras miradas se cruzaron durante un instante y cuando Tristan avanzó, yo pegué mi espalda a la puerta. De repente me sentía abrumado, asustado, agobiado. Necesitaba salir de allí y respirar.

- ¿Brad?

- Necesito... Adiós.

Fue lo único que pude decir antes de abrir la puerta y salir, cerrando de un portazo. Me cubrí la boca con las manos, dejando que mi espalda resbalara por toda la puerta hasta llegar al suelo, y entonces, permití que las lágrimas salieran de mis ojos sin control. 

Stolen moments ∆ TradleyWhere stories live. Discover now