Capítulo treinta y siete.

99 14 1
                                    

El médico terminó de revisarme y de explicarme que había pasado. Al parecer, me había subido mucho la fiebre y cuando Tristan había ido a despertarme para ver cómo estaba, no lo había hecho. El rubio había llamado a una ambulancia realmente asustado y me habían traído hasta aquí. Esperé a que el médico nos dejara solos para poder hablar más tranquilamente con mi amigo. Cuando la puerta se cerró, suspiré. James tomó asiento en la silla que había a mi lado, muy cerca de la cama.

- Estábamos muy preocupados.

Miré a mi alrededor. Aunque seguía estando cansado, me alegraba de ver a mis amigos. Volví a mirar a James, que adivinó mis intenciones y sonrió un poco, aunque esa sonrisa no llegó a sus labios, y entonces supe que algo no iba bien. James vaciló, pero finalmente decidió contestar a una pregunta que yo no había llegado a hacer todavía. A veces me sorprendía mucho lo que nos conocíamos mis amigos y yo.

- Connor está en la cafetería, ha bajado a por un café y a avisar a Joe y a Dean.

- ¿Y... Tristan? - Parecía costarme mucho pronunciar su nombre, y a James, contestarme.

- Tu madre lo echó de aquí.

- ¿Qué? - Pregunté, incorporándome.

- Vuelve a tumbarte, Brad, por favor...

- ¿POR QUÉ MI MADRE HA ECHADO DE AQUÍ A TRISTAN?

- Cálmate. Cuando llegó a urgencias, en lugar de dejar que nos llamara a nosotros, la enfermera llamó a tu madre.

- No...

- Cuando tu madre llegó le dijo que alguien como él no podía cuidar de ti y que se fuera antes de que te hiciera daño. Tristan ni siquiera lo discutió, simplemente.. se fue.

- Oh, mierda.... ¿Está... bien?

- Si. Lo he estado llamando. Le gustaría estar aquí, pero tu madre no se ha ido hasta hoy. Y de hecho, dijo que iba a volver.

- Voy a hablar con ella.

- Quizás deberías esperar hasta que tengas un poco más de fuerza.

- Supongo que tienes razón..

No servía de nada discutir con James por que era como hablar con una pared así que descansaría todo lo que pudiera y después me enfrentaría a mi madre y le diría todo lo que pienso de ella. Me moría de ganas de hablar con Tristan, aunque en realidad no recordaba nada más allá de la noche en la que Tristan me acostó en su cama para cuidar de mi. Esa imagen me pareció tan tierna que sonreí de manera involuntaria. 

- ¿Y esa sonrisa?

- Oh, nada...

- Venga, Brad. Algo pasa para que sonrías así.

Estaba a punto de contarle que era lo que había pasado por mi cabeza cuando la puerta de la habitación se abrió. Por un instante, deseé que fuera mi madre, pero en su lugar, Connor entró en la habitación, con una sonrisa y un café en un vaso de plástico que le tendió a James en cuanto se acercó hasta la cama.

- ¡Braaaad, estás despierto! - Gritó mi amigo, y se inclinó para abrazarme suavemente. - ¿Como te sientes?

- Sigo estando cansado, pero creo que me encuentro mejor...

- No sabes lo que me alegro de que estés despierto... Estábamos muy preocupados.

- Lo sé, James me lo ha dicho. - Contesté, sonriendo.

James dio un saltito en su asiento y yo me reí, mirando a Connor, que no entendía nada de lo que estaba pasando. James me dio un codazo y yo rodé los ojos. Sabía que era lo que quería que le contara, y quería hacerlo, pero como Connor no se había enterado de nada, no sabía muy bien que decir, o como contarle lo que había pasado.

- Tristan cuidó de mi cuando me desmayé. Me llevó en brazos a su cama y... cuido de mi.

- OHHHHHHHH, QUE BONITO. - Connor fingió limpiarse una lágrima y yo me reí.

A veces mis amigos podían ser unos tontos, pero los quería muchísimo y me alegraba que al menos no estuviéramos hablando de los motivos que me habían llevado a tener que subir a la azotea del edificio donde vivía Tristan. Sonreí levemente y me dejé llevar por el tema de conversación, olvidando por un instante lo que había pasado con mi madre y el hecho de que estuviera en el hospital por que estaba enfermo. Me olvidé hasta de que aún me sentía débil. Solo quería disfrutar un poco de su compañía. 

Stolen moments ∆ Tradleyحيث تعيش القصص. اكتشف الآن