Capitulo treinta.

137 14 0
                                    

James preparó té y lo llevó hasta el salón. Yo lo seguí poco después. Sabía lo que veía ahora; tenía que contarles todo lo que había pasado. Solo esperaba que James no me echara la bronca por todo lo que mi madre había soltado sobre Tristan y por lo mal que se lo había hecho pasar.

Nos acomodamos en el sofá, juntos y Connor sirvió el té. Durante los primeros minutos, solo sujeté la taza de té entre mis manos, dejando que el calor de la misma me calentara un poco. No tenía frío pese a estar en Diciembre, pero aún así, agradecía el calor que desprendía. Di un pequeño sorbo. Podía sentir la mirada de James puesta en mi y decidí que era hora de hablar.

- Tristan pasó la noche en mi casa... - Empecé y Connor levantó las cejas en mi dirección. - No seas infantil, Connor.

- Continúa, Brad.

- El caso es que, por la mañana, Tristan estaba haciendo el desayuno y justo cuando íbamos a comer, llamaron al timbre. Pensé que eras tú, Connor, y me acerqué a la puerta cabreado y dispuesto a echarte la bronca, pero entonces, al abrir... era mi madre.

Connor escupió el té que se estaba bebiendo de nuevo en la taza y me miró con la boca abierta. Yo tragué saliva, y me mantuve callado durante unos minutos, sopesando la idea de callarme alguna de las cosas horribles que mi madre había dicho sobre Tristan. Pero sabía que tarde o temprano se enterarían, así que decidí ser yo quién se lo contara.

- Ella comenzó a decir que si Tristan no tenía alguna otra vida que arruinar y, después, comentó que si seguían culpando le de la muerte de su padre. 

En ese momento, Connor cogió aire, y dejó la taza de té sobre la mesa. A continuación, lanzó una mirada a James que yo también había visto. Me giré para mirar a James, que también había dejado la taza sobre la mesa. En ese momento, una sospecha apareció en mi cabeza. ¿Ellos también pensaban que Tristan había sido el culpable de la muerte de su padre?

- ¿Vosotros...? - Empecé, pero James negó.

- No, no. Tristan no fue el culpable de la muerte de su padre, eso lo tenemos muy claro.

- ¿Entonces?

- Verás, Brad... Cuando su padre murió, todo el mundo le echó la culpa. Su familia le dio de lado, salvo James. Pero nadie le quería cerca y... Tristan cayó en una depresión.

Abrí los ojos por la sorpresa, sin poder llegar a creerme lo que mis amigos estaban contándome. Ahora entendía por qué todo estaba afectando tanto a Tristan, por que había perdido a su familia por culpa de un error. Quería saber más, necesitaba saber qué había pasado con Tristan en ese tiempo.

- Se cerró en si mismo... pensábamos que lo habíamos perdido. Tratábamos de estar con él todo el día, hacerle feliz, intentar que no le afectara tanto lo que había pasado con su padre. Y poco a poco lo conseguimos.

- Pero su familia seguía diciendo cosas muy feas de él. Para ese entonces, hasta tu madre se creía la mentira. Por eso lo trató tan mal en tu casa. Todo el mundo piensa que Tristan es una mala persona que mató de pena a su padre.

No sabía por qué, pero una parte de mi había temido que dijeran algo así. No podía entender cómo alguien podía intentar aplastar de esa manera a una persona que era de su familia. Me alegraba saber que James, su hermano, lo había estado apoyando en todo momento y que no se había dejado llevar por todas esas mentiras que habían ido soltando.

También me alegraba saber que ellos habían estado a su lado en todo momento y que, de algún modo, seguíamos siendo un equipo. No podía perdonar a la familia del rubio por haberle dejado de lado de esa manera, y tampoco a mi madre por cómo lo había tratado, como si fuera alguien de la calle y no una persona que había sido mi mejor amigo durante años. Y, después, mi pareja y mi mejor casualidad. 

- Tenemos que hacer algo.. No me puedo creer que la Señora Evans permitiera que a su hijo lo trataran así.

- Ya lo intentamos, Brad. No hay nada que hacer. James nos dijo que su familia estaba muy dolida y que no se podía decir nada sin que su madre dijera que Tristan había dejado de ser su hijo.

- Dios...

- Por eso siempre tengo la necesidad de protegeros. Sois mis mejores amigos, no sé qué haría yo sin vosotros. Tristan es una persona muy frágil con un corazón de oro que no le cabe en el pecho, Brad.

Sabía por qué estaba diciendo eso, y tenía que darle la razón. Había conocido al rubio por casi diecisiete años, había sido mi mejor amigo y hoy en día seguía siendo mi gran amor. Era consciente de que James lo había protegido de todo lo malo, incluso de mi, después de todo lo que había pasado, pero también sabía que era hora de hacer que ese peso cayera sobre mi más que sobre él.

- Yo no quiero hacerle daño. Le quiero. - Contesté, y James asintió.

Connor colocó una de sus manos sobre mi hombro a modo de ánimo y yo lo agradecí. James se movió de su lugar y se acercó más a mi, pasando un brazo por mis hombros. Connor sonrió y lo imitó. Yo, en mi lugar, rodeé los hombros de mis mejores amigos. James pegó su rostro a mi mejilla y yo sonreí, sintiendo que Connor hacía lo mismo. A continuación, el rubio colocó su mano frente a nosotros y yo lo secundé, dejando que Connor la pusiera el último.

- Somos un equipo. Para lo bueno y para lo malo. Sois como una familia para mi. - Comentó James, y yo sonreí más amplio.

- Sois la única familia que conozco. - Respondí, cerrando los ojos. 

Stolen moments ∆ TradleyWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu