Capitulo cincuenta y nueve.

84 9 1
                                    

Tristan me había vuelto a abrazar, acunandome en sus brazos como si fuera un niño pequeño. Yo solo podía llorar y balbucear y me sentía como un tonto, pero también me sentía muy decepcionado de que no nos hubieran elegido a nosotros para esa adopción. Pasaron algunos minutos antes de que Tristan me obligara a tumbarme en el sofá.

Después de medio taparme con una manta y de limpiar mis mejillas llenas de lágrimas, echó a correr hacía la cocina. Yo aproveché el momento para acurrucarme bajo la manta e intentar tranquilizarme, cosa que no fue fácil por que no dejaba de pensar en ello. Me obligué a respirar hondo y cerré los ojos. 

- Toma, amor.

La voz de Tristan me hizo abrir los ojos. El rubio estaba frente a mi, con una taza humeante de té. Negué con la cabeza, no me apetecía tomar nada pero Tristan insistió en que me haría bien. Con un poco de su ayuda, volví a incorporarme en el sofá y aún cubierto, cogí la taza. Apenas bebí un sorbo, y dejé que el liquido caliente se asentara en mi.

- Amor...

Negué con la cabeza y, tras varios intentos más, Tristan decidió desistir. No quería seguir hablando del tema. No por que realmente no entendía cómo alguien podía haberse negado de esa manera cuando nuestros formularios estaban bien. Gemí y agaché la cabeza. Escuché a Tristan hablar con alguien por teléfono y aunque suponía quién podía ser, decidí no preguntar.

Volví a centrarme en la taza que aún tenía en las manos y di un nuevo sorbo. Aún sentía una pequeña punzada en el corazón, pero lo dejé pasar por que de nada me iba a servir preocuparme por eso. El timbre de la puerta sonó y Tristan se apartó de mi para poder ir a abrir la puerta. En ese momento decidí que no quería escuchar nada.

Dejé la taza sobre la mesa y me tumbé en el sofá, cubriéndome casi por completo con la manta. Podía escuchar voces y pasos y sabía que estaban hablando de ello que Tristan se lo estaba contando. No podía culparle, estaba igual o más preocupado que ellos.

- ¿Brad?

Sentí una mano sobre mi hombro y negué con la cabeza pese a que ellos no podían verme. Me mordisqueé los labios para que no me escucharan sollozar, pero pareció inútil por que la mano de James recorrió todo mi brazo hasta mi espalda tratando de tranquilizarme y ayudarme. Quise apartarme, pero pese a todo, no lo hice.

- Sentimos mucho lo que ha pasado, Brad. - La voz de Connor me llegó desde mi derecha.

- Amor, no pasa nada ¿vale? Podemos visitar otros Orfanatos. Hay muchas opciones, no pasa nada...

- Tris tiene razón, Brad. Si, os han dicho que no. Pero tenéis más oportunidades....

En ese momento decidí descubrirme el rostro. Estaba molesto por sus palabras por que ellos no sabían lo que había sido ver el rostro de la mujer el día que fueron al orfanato. Parecía no aceptar el hecho de que eran dos hombres, jóvenes, los que querían adoptar a un bebé. Miré a James con severidad.

- Tu no lo entiendes.

- Vamos, Brad..

- Cállate. - Contesté, apretando la mandíbula y miré a Tristan que era quién había hablado.

Por la severidad en mi voz, Tristan decidió no decir nada. De hecho, se levantó de donde se había sentado y se apartó, apoyándose en la puerta que llevaba al pasillo. No parecía asustado, quizás molesto, pero en esos momentos no me importaba, ya tendría tiempo de hablar con él.

Mi mirada se dirigió directamente después a James, que era quién estaba más cerca. Mi mejor amigo no parecía preocupado, de hecho, estaba normal. De repente pasé de estar triste a estar cabreado por lo que había pasado y por el hecho de que ninguno de los tres pareciera entenderme. ¿Es que ha Tristan no le había afectado?

- Tu no lo entiendes, James. No viste su mirada cuando estuvimos allí. Tu. No. La. Viste.

Apreté la mandíbula de nuevo y le miré con fiereza, esperando que James entendiera por que parecía tan molesto. Al parecer no lo entendió, eso, o tenía muchas ganas de hablar, por que parecía realmente interesado en hablar conmigo del tema pese a que yo ya no tenía ganas y estaba empezando a cabrearme.

- No, tienes razón. No estaba allí. No sé que fue lo que pasó. Pero si puedo decirte que aunque en este orfanato os hayan dicho que no, tenéis más..

- "Oportunidades. Si se cierra una puerta se abre una ventana" - Imité su tono de voz, haciéndole la burla.

- Bradley.

Cambié la dirección de mi mirada para clavarla en Connor, que era quién me había advertido. ¿De verdad íbamos a comportarnos asi? ¡Yo solo quería que me entendieran! Y allí nadie parecía hacerlo. Cansado y enfadado, aparté la manta de mi cuerpo y me puso en pie, olvidando por completo la taza de té.

- No nos han aceptado por que somos DOS HOMBRES. Si hubiéramos sido un hombre y una mujer nos habían aceptado para la adopción. Pero, ¿Que os voy a contar? Si no me entendéis.

Pasé por delante de James chocando su hombro con el mío. Connor se movió rápidamente, hasta quedar delante de mi, colocando las manos sobre mi pecho. No quería hacerle daño por que aunque estaba muy cabreado, seguían siendo mi pareja y mis mejores amigos. Pero me sentía dolido y necesitaba salir de allí.

- Aparta.

- No hasta que hablemos. No vas a salir de aquí.

Esas simples palabras bastaron para calentarme más de lo que ya estaba. Levanté uno de los brazos, apartando las manos de Connor de mi pecho para, seguidamente, empujarle y hacerle a un lado. Mi amigo soltó un gritito e intentó volver a cogerme, pero le di un golpe en el brazo.

Cuando conseguí apartarle, sonreí un poco, cogiendo mi chaqueta de una de las sillas del salón y me dirigí hacía la puerta. Por el rabillo del ojo vi a Tristan moverse y antes de que él lo hiciera, yo levanté los brazos y dí un paso adelante.

- Ni se te ocurra acercarte a mi, Evans. 

Stolen moments ∆ TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora