Capitulo veintisiete.

122 17 6
                                    

La expresión de Tristan cambió en ese momento y pude ver cómo se estremecía. No entendía a que se estaba refiriendo, pero a mi madre parecía hacerle mucha gracia ver lo dolido que se sentía Tristan en ese momento. Apreté los dientes, y me levanté del sofá, con intención de decirle que parara, pero uno de sus brazos sobre mi pecho me impidió moverme.

- Mamá...

- ¿Cómo está tú madre, Tristan? ¿Ya te ha perdonado lo que le pasó a tu padre?

Vi como Tristan apretaba los dientes y supe que era un tema serio. Un tema que ni yo sabía. ¿Que le había pasado al Señor Evans? Quería preguntar, saber qué estaba pasando, pero mi madre parecía estar regodeándose de hacer sufrir a Tristan. Volví a levantarme, con intención de defenderle, pero no me dio tiempo, la sonrisa burlona estaba de nuevo en los labios de mi madre.

- Espera, Brad no lo sabe. - Mi madre se giró en mi dirección. - El padre de Tristan murió hace seis años. Justo cuando vosotros tuvisteis esa gran pelea. Al parecer, Tristan le dio un disgusto...

- Cállese. - Escuché decir a Tristan, pero mi madre seguía sonriendo.

Eché un vistazo a Tristan. Parecía realmente alterado. Tenía la boca entreabierta y respiraba de manera muy irregular. Por un momento temí que se desmayaría allí. Mi madre parecía estar regodeándose del dolor del rubio. Volví a mirarle, y esa vez vi que Tristan estaba llorando. Intenté lanzarle algún tipo de mensaje mediante miradas, pero Tristan me estaba evitando. 

- Y-Yo.. T-Tengo que i-irme..

Tristan balbuceó algunas palabras y después echó a correr hacía el pasillo donde estaba mi habitación. Miré a mi madre de muy mala manera, para hacerle saber que lo que acababa de hacer era una cosa muy fea. Quería salir de allí, ir hasta mi cuarto y averiguar si Tristan se encontraba bien. Pero las manos de mis manos pronto volvieron a sujetarme, sin dejarme hacer absolutamente ningún tipo de movimiento.

- Suéltame.

Mi madre estaba a punto de decir algo más cuando Tristan apareció por el pasillo. Se había vestido rápidamente, pero ni siquiera se había peinado. Iba descalzo, con las zapatillas en las manos y tan acelerado que estuvo a punto de caerse antes de llegar a la puerta. Salió del apartamento como una flecha, y antes de que la puerta se cerrara detrás de él, pude escucharlo llorar.

La risa de mi madre, detrás de mi llamó mi atención. La miré con todo el odio que fui capaz y con un movimiento brusco, conseguí soltar su mano de mi brazo. Me aparté de ella, maldiciendo por lo bajo y eché a correr hacía el pasillo. Al llegar a mi habitación, cogí el teléfono de la mesita y lo desbloqueé, buscando rápidamente el número de James. Por suerte, mi mejor amigo me cogió el teléfono enseguida.

- James, gracias a Dios. Necesito tu ayuda.

- ¿Qué ocurre, Brad? - Respiré hondo, y volví a salir de mi cuarto para dirigirme al salón y que mi madre pudiera escucharme.

- Escucha, ha pasado algo. Tristan ha salido corriendo de mi apartamento, pero iba llorando y estaba muy nervioso. Necesito que vayas a su casa y te quedes con él, ¿de acuerdo? - Se lo conté tan rápido como pude. - Te llamo después, ¿vale? Tengo un asunto que resolver.

No dejé que James me contestase nada y le colgué. Me metí el móvil en el bolsillo del pantalón del pijama y miré a mi madre. Esperaba que pudiera sentir el odio que sentía hacía ella en ese momento. Se había pasado con Tristan, no tenía ningún derecho a tratarlo así por muy mal que se hubieran llevado en el pasado. Mi madre parecía demasiado contenta con lo que acababa de pasar.

- ¿Soy un asunto que resolver? 

- Si, mamá. ¡Te has pasado! - Grité, pasándome los dedos por los rizos. - ¡No tenías por qué tratarlo así!

- ¿Así cómo? ¿No recuerdas que te rompió el corazón? - La pregunta de mi madre solo consiguió que mi enfado con ella aumentara.

- Eres tan...

- ¿Tan qué, Bradley?

- Tan cruel. ¡Tristan no te ha hecho nada! ¡No tenías por qué recordarle eso, joder! - Grité, suficiente nervioso cómo para no controlarme.

- Creo que has olvidado por todo lo que te hizo pasar...

- Vete. - Gruñí. - No quiero verte. Lárgate, mamá.

A mi madre le costó un poco, pero después de unos segundos, se dirigió hacía la puerta, cerrando esta de un portado. Respiré hondo, entrecerrando los ojos. No podía olvidar la expresión de Tristan antes de ir a vestirse. Recordé que había llamado a James y eché a correr de nuevo hacía mi habitación para poder vestirme. Tenía que averiguar cómo se encontraba Tristan. 

Stolen moments ∆ TradleyTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon