Stolen moments ∆ Tradley

Capitulo dieciséis.

Después de ese momento tan tierno, decidí preparar un poco más de té, para poder hablar un rato. Conforme los minutos pasaban, más sentía que lo que acababa de decirle a Tristan era real. Después de mucho tiempo, había admitido que le quería, que Tristan me importaba más que nadie de este mundo.

El rubio acabó tumbado con su cabeza sobre mis piernas y yo simplemente me limité a pasar la mano por su pelo, en lentas caricias que consiguieron que el rubio se fuera poco a poco quedando dormido. Me encontré a mí mismo sonriendo mientras le miraba dormir. Había echado de menos esa sensación.

El sonido del timbre me desvío de mis pensamientos. Muy despacio, levanté la cabeza de Tristan y la coloqué sobre un cojín, asegurándome antes de irme de que estaba bien tapado. Recorrí rápidamente el espacio que separaba la puerta de la calle del salón y abrí.

- Hola, Brad. Siento hab...

- ¡SHHH! - Siseé, tirando de James para hacerlo entrar.

- ¿Pero que pasa? - Susurró James cuando entró en mi apartamento. 

Señalé con la cabeza hacía el sofá y James siguió mi mirada hasta que dio con Tristan, que dormía allí. Mi amigo soltó un "oh" muy bajito y yo tuve que aguantar las ganas de reírme. Con un toque sobre su brazo, le indique que me acompañara a la cocina para poder hablar sin molestar o despertar al rubio. Dejé la puerta de la cocina entre abierta cuando ambos entramos.

- ¿Qué pasa? - Me preguntó James.

Vacilé y me debatí internamente sobre si contarle o no lo que había pasado antes. Finalmente decidí que James merecía saberlo, por que en parte, había sido gracias a él. Me mordisqueé el labio, levanté la cabeza y miré en dirección a James que parecía querer saber que era lo que estaba pasando por mi mente en ese momento.

- Tris y yo nos hemos besado. - Contesté dejando escapar un suspiro.

La reacción de James me sorprendió. Mi amigo abrió la boca y la volvió a cerrar, sin saber muy bien qué decir. En esos momentos yo me alegré de que fuera así. Por un instante pensé que James se enfadaría conmigo por haber hecho algo así. Pero no lo hizo.

- ¿Cómo... ha pasado?

- Tristan apareció en el salón mientras estaba trabajando y lo invité a sentarse conmigo. Entonces me pidió perdón por haberlo estropeado todo...

La confusión en el rostro de James me hizo saber que no entendía qué era exactamente lo que Tristan pensaba que había estropeado. Armándome de valor, decidí contárselo desde el principio. Antes de empezar a hablar sentí como el rubor comenzaba a cubrir mis mejillas. 

- Anoche nos acostamos...

James soltó un gritito y tuve que taparle la boca con las manos para hacerle callar. Eché un vistazo fuera de la cocina y suspiré al ver que Tristan aún estaba dormido. Me volví de nuevo hacía James y lo cogí del brazo, apartándolo entonces de la puerta.

- Cuando salimos de vuestro apartamento, Tristan me acompañó hasta aquí y, cuando estaba buscando mis llaves, me besó.. Una cosa llevó a la otra y nos acostamos. Por eso se pensaba que lo había arruinado todo.

James se quedó en silencio después de mi confesión y por su mirada, empecé a temer que fuera a ponerse a gritar allí. Seguramente no tenía que haberle seguido la corriente, por que los dos estábamos muy borrachos. Mi amigo dejó escapar un suspiro y yo le miré, esperando que dijera algo, lo que fuera. Estaba preparado.

- ¿Qué vas a hacer ahora? - Me preguntó y fruncí el ceño.

- Quiero que se quede aquí hoy. No me gusta la idea de que lo lleves a casa y se quede solo. - Contesté, y levanté las manos. - No me malinterpretes, sé que vosotros lo cuidaréis bien pero...

- Prefieres que se quede contigo. - Terminó James la frase por mi.

Asentí con la cabeza y los dos volvimos a asomarnos por el hueco de la puerta. Tristan parecía seguir dormido y James soltó un suspiro, pasándose las manos por el pelo, despeinando éste. Conocía lo suficiente a James para saber que estaba estresado.

- Prométeme un cosa.

- ¿El qué? 

- Que cuidarás de él. - Contestó. - Tristan es más frágil de lo parece.

- Cuidaré de él, te lo prometo.