Capitulo ochenta y uno.

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Después de ese breve momento de contacto, besé a Tristan suavemente antes de que le metieran dentro de la ambulancia. Un policía me sujetó por los hombros, haciéndome girar para conducirme hasta una segunda ambulancia.Me giré durante un segundo, solo para ver cómo Tristan ya iba camino del hospital. Mi mirada cayó entonces sobre el bebé, que aún estaba en mis brazos y que parecía haberse casado después del gran susto que habían sufrido.

El policía que me acompañaba me hizo tomar asiento en la ambulancia y tendió los brazos para coger al bebé. Vacilé durante unos segundos,, pero finalmente se lo tendí. No fui consciente del daño que me había hecho en las muñecas hasta que el médico no comenzó a curarlas. Ahogué un gemido y entrecerré los ojos, apartando la mirada. Al hacerlo, vi como los forenses sacaban una camilla con una bolsa negra y supe que ahí dentro estaba el cuerpo de mi madre. Mi madre a la que acababa de matar para defender a mi familia. «Mi familia»

Veinte minutos tardó el médico en curarme las heridas. Yo solo quería ir al hospital, ver a Tristan y olvidar este terrorífico episodio al que por fin le habíamos puesto fin. El policía tendió al bebé al médico para que lo examinara rápidamente para saber si estaba bien o mi madre le había hecho algo. Me sentí muy mal al pensar en que no me había pasado a ver si mi hijo estaba bien. Por suerte, el bebé no había sufrido daño alguno, lo que me alegró en parte. Ahora solo quería saber que todos íbamos a estar bien.

- Señor Simpson. - Me llamó otro de los guardias, haciendo que levantara la cabeza. - Voy a acompañarle al hospital ahora. Cuando se sienta mejor, deberá hablar con nosotros sobre todo lo que ha pasado esta noche...

- De acuerdo.

El agente me sonrió, pero yo me sentí incapaz de devolverle la sonrisa así que lo único que pude hacer fue una mueca mientras volvían a tenderme al bebé. A continuación, nos indicó que podíamos seguirle y así lo hice, aunque caminé despacio. Por primera vez desde que estábamos allí me atreví a mirar hacía la casa. Como había supuesto, no podía reconocer el lugar en el que mi madre nos había tenido retenidos durante todo ese tiempo.

Me estremecí solo de pensarlo y apreté más fuerte al bebé contra mi pecho, como si solo quisiera protegerlo de alguien que ya no iba a volver a hacernos daño nunca más. Respiré hondo y agradecí que el agente me sostuviera la puerta abierta. Me metí rápidamente dentro del coche, arropando de nuevo a Daniel y cuando la puerta se cerró, me sentí un poco más seguro ahora que sabía que todo había terminado.

El viaje hasta el hospital fue tan rápido que casi ni me enteré. Nada más salir del coche, me despedí del agente, que me recordó que debía pasar por la comisaría en cuanto me sintiera un poco mejor y después, muy lentamente, caminé hasta la puerta del hospital. Me sorprendí cuando al entrar vi allí a Connor y James, con el rostro pálido. No sabía quién podía haberlos llamado, pero me alegraba muchísimo de verlos a los dos allí.

- ¡Brad! - Gritó James, y corrió a mi encuentro.

Yo ni siquiera me resistí. Dejé que mi mejor amigo me rodeara con sus brazos en un lento y cariñoso abrazo. Apoyé la frente contra su hombro (o dónde llegaba) y apreté al bebé contra mi. James se apartó después, mirándome con atención. Giré el rostro hacía Connor, tendiéndole al bebé sin dudarlo. A continuación, las lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos.

- ¿Estás bien? - Me preguntó Connor. - Nos han llamado del hospital...

- S-Solo me he r-roto las m-muñecas... - Contesté, entre pequeños quejidos.

Levanté los brazos para que pudieran ver las ventas que me rodeaban las mejillas. No quería mover mucho las manos por que cada vez que lo hacía sentía un pequeño pinchazo. Miré a mis amigos y James, que era el que más cerca estaba de mi, levantó las manos para limpiarme las lágrimas de las mejillas al mismo tiempo que me rodeaba de nuevo con los brazos.

- ¿S-Sabéis algo de T-Tris? - Pregunté después de un breve silencio.

- Solo que le han apuñalado. - Contestó Connor, preocupado.

El recuerdo de Tristan en el suelo me hizo estremecer y solté un gran quejido. Empezaba a sentir dolor de cabeza, unido al de las muñecas y al miedo de que a Tristan estuviera mucho más grave de lo que yo había pensando en la casa. De repente, el pánico hizo mella en mi y me agarré con fuerza al brazo de James. Escuché como mi amigo pedía ayuda y, por un instante, quise apartarme de él. No pude. De repente, todo lo sucedido esa noche cayó sobre mi, llevándome consigo.

[...]

Abri los ojos despacio, escuchando voces a mi alrededor. Poco a poco reconocí la voz que podía escuchar y al girarme un poco vi a James, de espaldas a mi, meciéndose de un lado hacía el otro. Hasta que no se giró, no me di cuenta de que sostenía a Daniel entre sus brazos, aunque el bebé ya estaba dormido. James, al verme despierto, sonrió y se acercó despacio hasta la cama. Yo fruncí el ceño. No recordaba nada de lo que había pasado, no más allá de haber llegado al hospital.

- ¿Qué ha pasado....?

- Te dio un ataque de pánico al llegar al hospital.

- Un ataque...

- El médico dice que se debía al estrés post-traumatico de la situación que viviste. Estarás bien en unos días, aunque lo de las muñecas va a llevar su tiempo... - Comentó, mirando mis manos.

Mi mirada bajó hasta mis muñecas, que seguían vendadas y me mordí los labios. Estrés post-traumatico unido al miedo que (aún) sentía cada vez que pensaba que Tristan y Daniel habían estado a punto de morir por culpa de mi madre. Mi madre. Sentí un pinchazo en el pecho y levanté la cabeza, respirando hondo para alejar las lágrimas de mis ojos. James y Connor no sabían gran parte de la historia de lo que había pasado.

- Fue mi madre. - Dije, sin más.

- ¿Qué?

Mis palabras habían pillado totalmente desprevenido a James que parpadeó varias veces antes de girarse para poder dejar al bebé en el sofá que había frente a la cama. Le vi arroparlo bien, y no se apartó hasta que no se aseguró de que Daniel estaba cómodo y dormido. Entonces, su mirada se giró en mi dirección. Como pude, teniendo en cuenta el dolor que sentía en las muñecas, me incorporé un poco.

- Fue mi madre quién secuestró a Daniel. Lo había llevado a una especie de... casa rural. Cuando Tristan salió a buscar al bebé por la mañana, siguió a mi madre...

- Espera... ¿Tristan se fue solo a buscar a tu madre? - Cuando asentí con la cabeza, James pareció enfadado. - Pero será...

Al mirarme, levanté una ceja y James dejó de hablar. Sabía cual era la palabra que quería decír por que en más de una ocasión nosotros nos habíamos referido a Tristan de esa manera. James soltó un "idiota" en voz baja y tuve que darle la razón por que Tristan había arriesgado su vida para salvar a nuestro bebé. James se acercó, para que pudiera seguir explicándole lo que había pasado.

- Ella quería.. torturar a Tristan. Entonces él... la golpeó y se soltó y me soltó a mi también y... cuando estábamos a punto de escapar.. mi madre lo apuñaló.

Sabía que me estaba saltando algunas cosas, pero no quería que James lo supiera. Me dolía tanto recordar lo mal que lo habíamos pasado y en el hecho de que había estado a punto de perder al amor de mi vida por culpa (otra vez) de mi madre. Tragué saliva, negando con la cabeza y no quería seguir hablando del tema.

- ¿Como está Tristan? 

Stolen moments ∆ TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora