Capitulo sesenta y siete.

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MARATÓN 3/3

Me dejé llevar por el deseo y por su mirada. Presioné con las manos en su espalda para que volviera a acercarse a mi para besarme. Tristan obedeció, besándome incluso con más agresividad que antes. Sus manos volvieron a tantear mi cuerpo y al sentirlas sobre mis piernas, simplemente dí un salto para poder subirme sobre él. Tristan no dejó de besarme en ningún momento mientras recorría la distancia de la puerta hasta el sofá, dónde me tumbó con cuidado.

Me mordisqueé el labio mientras le veía quitarse la camiseta y mi deseo aumentó. Gemí para llamar su atención, y Tristan se subió en el sofá, golpeando mis piernas para que las abriera y poder colarse entre medias. Jadeé al sentir sus dientes en mi barbilla y después por todo mi cuello. El calor empezó a hacerse eco por todo mi cuerpo y me estremecí ante la más mínima caricia por parte de Tristan.

Tristan siguió con los besos por la línea de mi mandíbula y hacía abajo, comenzando a dar besos por todo mi pecho. Mi espalda se arqueó cuando lo sentí mordisquear uno de mis pezones y al momento sus manos me sostuvieron para que no volviera a caer sobre el sofá. Me quejé, pero eso solo ocasionó que Tristan mordiera con fuerza mi pezón, incluso haciéndome un poco de daño.

- Titty.. - Rogué.

Pero Tristan no me hizo ni caso y siguió con ese recorrido, maltratando de igual manera mi otro pezón. Sus besos siguieron hasta mi ombligo y me obligué a tomar aire con fuerza y a expulsarlo rápidamente antes de cerrar los ojos. Una de las manos de Tristan abandonó mi espalda para centrarse en el pantalón, que consiguió desabrocharme después de varios intentos.

Sentí su mano entrar en mi ropa interior y rozar con las yemas de los dedos mi miembro. Jadeé y Tristan se inclinó, mordiendo mi estómago suavemente antes de bajar ambas manos y tirar de mi ropa hacia abajo. Consiguió arrastrar el pantalón y la ropa interior y los hizo volar por la habitación. De repente, me ruboricé.

No era la primera vez que estaba desnudo delante de Tristan, y tampoco era la primera vez que hacíamos esto, pero de repente, me había dado pudor. Tristan se inclinó entre mis piernas hasta que su pecho rozó con el mío . Sus labios buscaron los míos, besándome con agresividad. Sentí como me mordía el labio inferior y gruñí en respuesta, lo que hizo reír a Tristan.

Después de aquel beso, tuve que tomar una gran bocanada de aire, mientras le observaba. Sus ojos, que antes eran azules, ahora se veían totalmente grises y oscuros. Podía ver en él las ganas que tenía de hacerme el amor y simplemente esa visión me hizo estremecer. Su mirada recorrió todo mi cuerpo y se quedó fija en mi entrepierna.

No sabía que era lo que quería hacer, pero lo descubrí un segundo después. Sus dedos rodearon mi miembro y jadeé al sentir como empezaba a masturbarme despacio, sin apartar la mirada de mi. Yo también se la sostuve, mordisqueandome el labio y me removí buscando un poco más de ese contacto.

Tristan negó con la cabeza y siguió aplicando la misma lentitud en sus movimientos. Gimoteé como un niño pequeño, alzando la cadera, pero una de las manos de Tristan me empujó para que volviera a apoyar el cuerpo en el sofá. Volví a quejarme, y entonces, Tristan aumentó el ritmo de su mano.

- Oh, mierda... - Jadeé, moviendo la cadera. 

Escuché al rubio reír y me mordisqueé el labio. En ese momento por mi cabeza pasaban palabras bastante sucias que estaba seguro harían que Tristan se excitara, pero no quería decirlas, no aún. Mi cadera se acopló al movimiento de su mano y enseguida cogimos el ritmo ambos. Entrecerré los ojos, dejando que pequeños jadeos escaparan de mis labios sin control alguno. Cuando abrí los ojos, vi que la ropa de Tristan también había desaparecido.

Stolen moments ∆ TradleyWhere stories live. Discover now