95

277 82 17
                                    

 Pat cenó con su madre, fingió que todo estaba bien, se fugaría a la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 Pat cenó con su madre, fingió que todo estaba bien, se fugaría a la noche. Yo estaba armando su equipaje (de verdad tenía que poner a prueba la séptima regla, algo me decía que podíamos mover objetos sólo en ocasiones especificas), suspirando en un rincón y tratando de imaginar cómo me las arreglaría para luchar contra el pánico que pugnaría por hundirme.

La nueva casa de Alicia estaba muy lejos. Quedaba a un día en automóvil. Jamás había ido tan lejos, era como tratar de ir a la luna sin traje espacial, pero pensé que podía soportarlo por amor. Por amor a Pat y por devoción a Alicia. Tenía que admitir que me embargaba un poco el miedo, pero estaba bien sentir temor, a veces era reconfortante como explotar burbujas de plástico o despertarse porque alguien te cubrió con una manta.

Cuando Pat entró a la habitación se lo veía exaltado y aturdido, agarró la mochila, los billetes con los que pagaría la gasolina y se dirigió sigilosamente a la cochera.

—Hice que mamá cenará con vino, no escuchará el motor encenderse. De hecho, no escucharía ni siquiera despegar un avión en el jardín trasero.

—¿Sus ronquidos taparían el ruido de un cohete?

—Sus ronquidos harían que el Bing Bang pareciera un susurro.

Nos subimos al automóvil, él tenía razón nadie se percató de que nos marchábamos en mitad de la noche. Él encendió música. Le pedí a Pat que se dirigiera antes al cementerio, cuando aparcó en frente la tierra donde había pasado tantas noches noté que se veía umbría y sobrecogedora. Pero no había lugar en el mundo donde me sentía más cómodo.

Él se desabrochó el cinturón de seguridad, pero negué con la cabeza.

—Vuelvo en seguida.

Bajé del auto y me dirigí a una dolorosa despedida.


Los colores del chico invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora