Capítulo 63. Prioridades.

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*Alba*

<Audio>

<Buenos días, bella, estoy de camino al curro y he pensado: voy a mandarle un audio a mi churri que seguro que está colgada de la lampara de los nervios que tiene y con la pastillita debajo de la lengua -risas-. Me cago en la puta, voy a volver a salir a correr porque voy ASFIXIADA y llevo andados veinte metros... No te rayes, amor, y ten paciencia, todo volverá a su cauce, solo tienes que esperar a que deje de llover. ¡Te quiero más que na! Un besito, Nat>. 


Estaba tomando su segundo café cuando escuchó el audio de su rubia. Decidió llamarla. 


- ¡Pero bueno, Nat, que estoy llegando a la clínica ya!

- Da igual, solo quería hablar contigo un minutito y decirte que eres la mejor novia del planeta. 

- Anda, tonta. ¿A qué hora lo tienes? 

- Hemos quedado a las doce en su estudio. 

- Hazle fotos, porfa, que no me imagino cómo es un estudio -dijo con su voz pequeña. 

- Cariño, como el que tengo en casa pero más grande. 

- ¿Una habitación y ya? 

- Jajajajajaja, sí, una habitación con guitarras, teclados, micros y un buen ordenador. Cuando empiece a grabar cosas te vienes un día a los estudios para que lo veas, ¿vale? 

- ¡SIIIII! -Natalia sabía que si no estaba aplaudiendo era porque tenía que sujetar el móvil. 

- Y lo mismo te exploto laboralmente y me haces algún coro. 

- Y una mierda, Nat, qué dices, no -se empezó a trastabillar. 

- Ya lo veremos, no empieces a glitchear ya que te conozco -soltó una risita nasal-. Pero tranqui, yo te mando fotos y lo que quieras, rubia -terminó con voz sugerente. 

- ¿Sabes que me he dado cuenta de que no tengo ni un nude tuyo? -se indignó. 

- ¿Quieres un nude mío? 

- Claro, se me hacen las noches eternas sin ti -ronroneó. Uf-. Acabo de llegar, cariño, ¿hablamos luego? 

- Emm, vale, eh... luego hablamos. 

- ¿Nerviosita? -rió. 

- Bastantito, menos mal que tengo dos horas para que... se me pasen los nervios. Un besito, Albi. 

- Qué hija de puta -masculló-. Otro, Nat. 


Llevaba puesta la camiseta del Jambo, que Alba se había encargado de 'prestarle' en su visita para que durmiera cerca de su olor. Alba Reche y las pequeñas cosas. Decidió hacer una storie contando sus futuros días de estudio para que sus fans tuviesen noticias suyas y, a la vez, hacerle ver a su rubia que llevaba puesta la camiseta que parecían compartir. 

Cuando terminó, se fue a la ducha. Al salir se miró en el espejo, con algunas gotas cayendo desde su pelo por su cuello y su pecho. Le pareció sugerente, se vio guapa y decidió complacer a su novia. Se hizo un reportaje fotográfico para las recientemente nombradas 'noches solitarias de Alba'. 




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Había quedado con Natalia en la puerta del estudio. No era gran cosa, pero estaba muy orgulloso de lo que estaba consiguiendo con sus cuatro paredes acolchadas. A veces no tenía claro qué le gustaba más, si cantar y componer o producir para otros. Estaba en un momento dulce en su carrera, sin demasiado ruido pero haciendo lo que más le gustaba. E iba a colaborar con la increíble Natalia Lacunza. Estaba seguro de que tenían muchas cosas que aportarse y, aunque María ya le había avisado de que estaba un poco estancada en el tema compositivo, él estaba deseando ponerse a trabajar con ella: tenía una mente cósmica y se moría por dejarse influir por su manera de ver la música. 

La sala de los menesteresWhere stories live. Discover now