Capítulo 73. Miento cuando digo que te miento.

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*La Mari*

He quedado con las chicas para tomar algo y perrear un poco

*Natalia*

No me apetece

*La Mari*

No era una pregunta

*Natalia*

Me da igual

Pasadlo bien

*La Mari*

Te la voy a pasar, pero ya puedes ir quitando esa cara de mustia

En Nochevieja te quiero al 200%

*Natalia*

Que sí, pesada




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- No sale en ninguna storie y seguro que está con ellas -Alba miraba su móvil mientras cambiaban de garito. 

- ¿Qué dices? -Marina dio un traspiés y tuvo que agarrarse a su brazo. Mucho frío en Elche. 

- Lacunza, que no sale en ninguna de las stories de estas. ¿Les habrá pedido que no la graben para que yo no lo vea? 

- Pues fijo -aquello le pegaba a su ex cuñada. 

- Es que dudo muchísimo que no haya salido -subió el brillo de la pantalla para ver hasta lo traspuesto. 

- Alba, cariño, MI AMOR -pegó un grito-, seguro que está en la putísima mierda y no le ha apetecido salir. 

- ¿Tú crees? -dijo con cara de ilusión. Marina la miró con una mueca de desagrado. 

- ¿Desde cuándo te has vuelto tan mala? Estás llevando esto de una manera que no me esperaba -la regañó. 

- Es mi primer amor, ¿vale? ¿No tengo derecho a reaccionar como todas vosotras cuando erais adolescentes? -se quejó. Iba un poquito, como dicen las madres, PIRIPI. 

- Aaaaaah, eso tiene sentido para mí, hermana -se dio un golpe en la sien. Las Reche y tres copas. Un cuadro-. Pero es que resulta que tienes más años que la orilla del río, así que no te pega ya este despecho. 

- Déjame, Marina, por favor. No hacéis nada más que meterme caña, como si fuera culpa mía esta situación -le temblaron los labios. Marina se quiso morir. Tenía razón. 

- Perdónanos, joder, es que nos duele verte así, porque sabemos que no es real, que la pocersión, pocresión... que la procesión va por dentro. 

- Yo la entiendo, te juro que la entiendo -se puso una mano en el pecho-, pero es que no soy capaz de asumir que esto se haya ido a la mierda por nada... 

- Cariño, nadie piensa que esto sea culpa tuya -la paró en mitad de la calle y la cogió de los hombros-. Tú hiciste todo lo que pudiste: aguantaste cuando tuviste que aguantar, y si me apuras, aguantaste más de lo que deberías muchas veces. Estuviste cuando ella te lo permitió, que fue poquísimo. Y le echaste coño hasta que la situación fue insostenible. Fuiste fuerte por las dos cuando cualquiera la hubiera mandado a la mierda, y que no lo hicieras entonces está bien, porque os queréis con locura, así que deja de hacerlo ahora. 

La sala de los menesteresWhere stories live. Discover now