<Natalia.Lacunza ha añadido una nueva publicación>
El cuadro del atardecer recién colgado junto al dibujo que un día le hizo Alba con Queen encima mientras las dos gatitas dormían en su sofá. Una frase muy pequeñita: mis bebés.
Alba le dio like. Se quedó pensando si no era una estupidez, a esas alturas, tener una cuenta paralela. Cerró sesión, entró con la verdadera, quitó la silenciación de sus historias y sus publicaciones y volvió a darle like.
Natalia, a apenas un kilómetro de allí, recibió ese like desde la cuenta personal e intransferible de Alba Reche como un certificado, como un sello de calidad que validaba su restablecida relación.
Una pena que no se le pudiera dar like a un like.
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- Yo iba detrás y conducía Ici, que en aquella época era la mitad de pequeña que yo y tenía unos bracitos como alambres. Cuesta abajo, sin casco y pobres de frenos. El manillar de la moto que empieza a vibrar, a girar de un lado al otro cada vez más fuerte e Ici que no se hacía con el control -imitaba los gestos con las manos y las demás reían-, hasta que la rueda se puso en perpendicular y las dos saltamos por encima. Bien de suelo que comimos, joder, qué hostia nos pegamos.
- Deberías hacer anuncios sobre seguridad vial contando esa anécdota en la que TODO ESTÁ MAL -comentó Sabela con una sonrisa.
- Teníamos trece o catorce años. Me pasa ahora y me rompo la cadera -rió por la nariz-. Y esa, queridas amigas, es la historia de esta cicatriz -se tocó la frente.
- Eres la niña que sobrevivió -le dijo Alba con sorna.
- Que hagas referencias a Harry Potter me hace tan feliz... -se puso Natalia una mano en el pecho y cerró los ojos.
- Soy una Slytherin -y sacó bola.
- Tía, ¿de los malos? -preguntó Julia.
- ¿Los malos? ¿Qué tiene de malo ser inteligente y ambicioso? Es que flipo.
- Nos olvidamos de lo de los sangre sucia, ¿no? -repuso Afri.
- ¡ESOS SOLO ERAN UNOS CUANTOS RADICALES!
- Alba Reche habla pársel -canturreó Marta.
- Que os follen. Sois todas unas Hufflepuff.
- OYE, OYE, TE RELAJAS -levantó las manos Julia.
- PELEA, PELEA -aplaudía la Mari.
Natalia observaba el intercambio friki, que estaba derivando en un jaleo monumental, con una sonrisa de oreja a oreja. Sus chavalas, joder.
- ¿Y tú de qué te ríes? -le espetó Alba.
- De esta fantasía de conversación -se reclinó en su asiento y pasó el brazo por el respaldo de la silla de Marta para poder mirar a la rubia por detrás de su espalda.
- Si no fuera por ti estaría muy perdida -admitió.
- Mi mejor obra.
- Pues tienes una entre manos bastante gorda -dijo, refiriéndose a la fábrica.
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La sala de los menesteres
同人小说Alba Reche es propietaria de una prestigiosa clínica de fisioterapia en Madrid. Natalia Lacunza es una famosa cantante. La primera es pura luz, en el más amplio sentido de la palabra. La pena y la tristeza alimentan el alma de la segunda, sacando...