Emilio.

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Chrysanthemum x superbum: la palabra creadora.

Emilio no era un alfa común.

Esa era la mejor descripción que podían ofrecer de él sus familiares y amigos.

Para empezar, fue el quinto hijo del matrimonio Marcos. Javier y Noelia Marcos habían tenido tres chicas y un chico antes de Emilio, fue una sorpresa que Noelia saliera embarazada pero no por eso fue menos amado. Tal vez fue por ser el menor de 5 hijos, o el menor del clan Marcos, de hecho; pero Emilio fue muy sobre protegido desde que nació.

Era un alfa fuerte pero delicado, pacífico e inclusive algo distraído. Sus tías decían que debía alejarse más de su papá para que fuera menos delicado, pero Javier les decía que su hijo podía hacer lo que quisiera porque por algo era una personita pensante única.

—Solo tiene seis años, ¿qué de malo hay que esté conmigo? —era lo que siempre decía su padre, un Alfa duro con los demás pero una masita con sus hijos y mucho más con su esposa, una omega delicada únicamente en apariencia porque Noelia era más fuerte que su propio esposo.

A pesar de ser el niño mimado de sus padres, Emilio se sentía protegido por su padre porque él era el único en entender que prefería quedarse callado y observar a los demás a estar corriendo junto a sus hermanos en el patio. Prefería colorear y ayudarle a su papá en la florería y en la cocina.

La Florería Bienamada llevaba años en el clan Marcos, lo había empezado el tatarabuelo de Javier cuando llegaron a vivir a Puebla, después de la revolución mexicana. Durante los años de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial empezó a tener más locales y a expandirse porque no había muchas floristerías en la ciudad, o en el país, que fueran flores de calidad y devoción.

Los Alfas, Omegas y hasta Betas entendían que las flores tenían presencia y vida propias, y si no eran cuidadas y tratadas de manera adecuada, morían en cuestión de días después de florecer. Solo tres familias tenían el don de las flores en todo el país, los Marcos incluidos.

Con el pasar de los años, la floristería se volvió casi un imperio de donde también empezó el rumor que flor que comprabas de los Marcos, cumplía su función a la perfección y lograba tu cometido. Cuando los Alfas compraban un ramo para iniciar su cortejo, el Omega elegido aceptaba nada más oler el perfume de las flores. Cuando un Omega iba a comprar flores o semillas para empezar a formar su familia, tenían cachorros sanos y fuertes. Todos creían que algo debían tener los Marcos para que sus flores fueran tan... mágicas.

La abuela de Emilio le decía que no es que ellos fueran "mágicos", sino que lograban oír los secretos de las flores y el que se sentía más atraído a ellas, seguía con el negocio, creando y viendo nacer más y más flores.

A pesar de tener 8 tíos, solamente su papá seguía el negocio, a la par que su abuela. Emilio pasó su infancia entre flores y pequeños árboles, reconociendo cada color, cada olor, cada textura y presencia de las flores a su alrededor.

Tal vez por estar tan al pendiente de la flores, dejó de prestar atención a su alrededor, ganándose varios malos comentarios porque no parecía ser un niño normal, pero su papá le decía que no tenía nada de malo preferir a las flores sobre los humanos.

—Ellas nunca te mienten, Emilio —le decía Javier mientras lo alzaba entre sus brazos y el niño acariciaba la tierra de las macetas que no alcanzaba aún a tocar—. Las flores tienen más vida de lo que nosotros creemos. Ellas saben leernos y descubren el tipo de persona que somos. Cuando somos egoístas, ellas se marchitan porque no pueden hacernos ver qué significa el amor. Cuando somos ambiciosos para mal, ellas crecen y crecen, y crecen hasta demostrar que el exceso puede ser asfixiante. Cuando somos descuidados pero queremos aprender a amar, nos tienen paciencia y nos enseñan a creer. Las flores nos hablan siempre pero muy pocos sabemos escucharlas.

El Secreto de las FloresWhere stories live. Discover now