Gemelos.

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Dedicado a mi pequeña toxicmilio. Fer, te amo muchísimo, no sabes lo feliz que estoy de tenerte en mi vida y lo mucho que te admiro. Espero hayas pasado un día hermoso, y ojalá te guste este pequeño regalo, espero algún día abrazarte bonito. Te amooo.

.

—Entonces, tendrán el doble de cuidados, ¿entendieron?

Emilio asintió mientras Joaquín seguía callado y observaba la fotografía de sus hijos con un sentimiento indescriptible en su corazón. No era miedo pero tampoco total alegría. Era como una mezcla de temor, emoción, confusión y sorpresa. 

Se alegraba de tener a Emilio a su lado, tan cálido y protector, que estaba tomando nota de todas las indicaciones que Diego les estaba dando, y siendo el adulto responsable de los dos, porque honestamente en estos momentos él no podía ni pensar con claridad.

—Puede que sientas mucha más fatiga en estas últimas semanas del segundo trimestre... Y dado que son dos, tendré que verte cada 15 días para asegurarnos que el último trimestre se desarrolle bien.

— ¿Puede pasar algo más? —se alteró el Omega, alzando la mirada al fin. Diego no quería mentirle pero tampoco quería preocuparle. 

—Un embarazo común tiene duración de 9 meses, pero desde la semana 35 es probable dar a luz. Un embarazo múltiple es más delicado y debemos tener cuidado ya que pueden nacer desde la semana 30. Lo principal es que nazcan desde la 32 para que todo se desarrolle de buena manera y no sea tan difícil ni para ti ni para los bebés. 

Joaquín asintió.

—Entiendo...

—Joaco, no quiero preocuparte pero sabes que los embarazos en Omegas hombres son más delicados que en Omegas mujeres. Intentaremos que llegues a la semana 36 al menos, cuidaremos tu presión y a los bebés y te mandaré el último trimestre a hacer cama semipermanentemente, ¿okay?

El Omega asintió agradecido pero asustado. Emilio sostuvo su mano con fuerza, diciéndole todo con esa acción.

Todo iba a salir bien.

Debía salir bien... ¿No?

.

—Gemelos —susurró Joaquín mientras seguía viendo la ecografía. Emilio manejaba con lentitud hacia la cafetería donde sería su cita con la organizadora de la boda, que estaba al sur de su casa, de hecho.

—Sigo sin creerlo, amor... Seremos papás por dos.

—Lo sé —dijo entre risas el Omega.

—No vamos a dormir nada.

—También lo sé. Ay.

Ambos se rieron otra vez y Emilio sostuvo su mano para llevarla a su boca y darle un beso sin dejar de ver la carretera.

— ¿Seguro quieres ir a la cita con la organizadora? Podemos posponerlo e ir a descansar. 

—No, bebé. Prefiero ir viendo las cosas de la boda también.

Emilio se quedó callado un momento mientras asentía, pero Joaquín lo miró con las cejas alzadas.

— ¿Estás cambiando de opinión? —preguntó en un susurro.

Emilio lo miró de reojo como si estuviera loco y volvió a besar su mano.

—Para nada. Solamente estaba pensando en que sería mejor atrasar la boda al próximo año.

Joaquín se quejó con un puchero pero podía ver la razón.

—O sea, lo entiendo... pero desearía ya ser tu esposo.

El Secreto de las FloresWhere stories live. Discover now