Aún no lo son.

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Capítulo dedicado a la preciosa SummertimeLou. Bebé, muchísimas felicidades 🥺 Es algo pequeño pero lo mejor que puedo hacer, ojalá tengas un hermoso día y seas rodeada del amor que mereces. ¡Felicidades!

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Cuando llegaron a su cena espectáculo, Joaquín se sentía mal.

Le seguían doliendo las caderas, la cabeza le estaba por explotar y sentía la piel muy sensible, como si en cualquier momento se le pudiera quebrar o algo así, el roce de la ropa contra su piel lo incomodaba y quería deshacerse de ellas. Pero la sensación desaparecía a los pocos segundos, dejándolo algo aturdido.

Emilio se daba cuenta que algo no estaba bien e intentó persuadirlo de no ir a la cena cuando estaban en el coche que el restaurante les ofrecía para trasladarlos. Como estaban ubicados en Ciudad Vieja, tuvieron que volver un punto de encuentro en Praga 2, caminando un poco más pero se dieron cuenta que de regreso, el hotel les quedaba a 20 minutos a pie.

—Puedo pedirle al chófer que nos regrese y nos vamos al hotel a descansar —le dijo Emilio preocupado, pero Joaquín negó con la cabeza.

—Tengo hambre, es todo. Hemos caminado muchísimo y casi no estoy acostumbrado a hacerlo tan seguido, además, anoche casi no dormimos bien —añadió con una sonrisa de lado, intentando verse pícaro, pero el ceño fruncido preocupado de Emilio le dijo que no estaba haciendo un buen trabajo. Suspiró—. Vamos a comer y si me sigo sintiendo mal, pues nos vamos, ¿okay?

Emilio siguió sin verse muy de acuerdo pero aceptó a regañadientes. Aunque mantuvo a Joaquín observándolo atentamente ante cualquier signo de estar fingiendo sentirse bien.

Cuando llegaron al punto de entrada, tuvieron que caminar unos cuantos minutos más, a través de un camino de luces que parecían flotar y le daba un aspecto mágico. 

El restaurante era un mini castillo, más parecido a una de las Casas Reales como en el Castillo de Praga, con techos altos y columnas resaltadas de un tipo de granito rojo. Todo había sido remodelado y el que fue en su tiempo la sala, ahora estaba conectado con otro salón donde hacían un gran espacio para mesas, un escenario con pantalla y diferentes pasillos largos que conectaban con mesas. Tenía una decoración de diferentes épocas de la República Checa, con banderines colgando por el techo entrelazados y con luces bajas que ayudaban al dolor de cabeza de Joaquín, aunque había una música de fondo algo alta que le decía que esa calma iba a terminar pronto.

En la entrada, una mesera les había pedido su nombre y voucher, guiándolos después a su mesa, que estaba en la segunda fila del segundo pasillo/escenario. Habían más personas ahí, una familia de 5 y una pareja joven muy melosa. La familia tenía 2 cachorros jóvenes, de tal vez unos 10 años, y una Omega que veía a todos enojada de entre unos 15 o 16 años. Los niños miraban asombrados a todos lados y hablaban emocionados con sus papás y hermana, pero ella hacía evidente que odiaba estar ahí, aunque Joaco no sabía si en el restaurante o con su familia.

Estás en Praga, mocosa, ¿cómo te puede enojar estar en Praga?, pensó irritado nada más sentarse al lado de ella y saludar a la mesa pero que solo esa chica no respondiera.

—Hola, soy Laurie Thomson y él es mi hermano Steve, y ella hermana Júpiter, y ellos mis papás —el niño más cercano a la Omega malhumorada habló en un tierno inglés británico. Era un Alfa, por su olor cítrico de naranja y algo amaderado.  

Joaquín sonrió al niño, pero no dijo nada, aunque entendía el inglés no se sentía con ganas de traducir en su mente para hablar. Aunque sí pensó que si él se llamara Júpiter también estaría enojado con la vida.

El Secreto de las FloresWhere stories live. Discover now