Una probabilidad.

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Joaquín guardó la prueba en la caja y la dejó en la basura, dejándose caer en el regazo de su novio otra vez.

Ambos se quedaron callados mientras se volvían a abrazar y solo respiraban el calor del otro. Pasaron los minutos mientras estaban así y no tenían ninguna intención de levantarse pronto. Joaco no sabía qué sentir, pero la decepción era lo más grande en su interior. Emilio solo abrazaba y pasaba su mano por el brazo del Omega mientras miraba al infinito sin ver nada en específico.

Escuchaban el ajetreo de los clientes y a Eric hablando. Como tenían un día tranquilo, le habían dado el día libre a los otros dos Betas que los estaban ayudando a medio tiempo. 

—Deberías ir con Eric, Emi —le dijo Joaquín cuando aumentó el ruido de clientes. El aludido asintió mientras tragaba saliva, pero no se pudo mover de su lugar.

—Debería ir, ¿verdad? —preguntó en trance. Joaquín asintió y lo miró. Emilio alzó su vista y ambos se abrazaron de inmediato, volviendo al silencio.

—Pensé que daría positivo —musitó el Omega en voz triste. Emilio lo abrazó más fuerte y le besó la sien izquierda.

—Oye, veme —le pidió con suavidad, esperando a que se alejara para poder tomarle el rostro entre sus manos—. Tal vez no es el momento adecuado, ¿okay? Tal vez en unos años,  Joaco, nosotros...

—Sí —sonrió cuando la voz de Emilio se apagó. Pero era una sonrisa forzada y triste—. En unos años será adecuado.

La misma sonrisa decepcionada se reflejó en su novio pero el Alfa lo besó sonoramente.

—Tienes que volver al museo, a la Villa navideña, y yo tengo que ayudar a Eric... Se va a volver loco el pobre si lo dejamos más tiempo solo.

Joaquín asintió y volvió a besar a Emilio antes de alejarse de él y estirarse, se miró al espejo y arregló cualquier imperfecto antes de abrir la puerta y salir. Emilio lo imitó y cerró con suavidad, apenas mirando el suelo. Joaquín se volteó para quedar frente a él y se volvieron a abrazar.

—Está bien. Es lo mejor —dijo el Omega mientras intentaba impregnar de tranquilidad su voz, sin ningún resultado de por medio. Emilio volvió a besar su cabeza—. Venga, tenemos trabajo qué hacer. Te veo en la noche.

Emilio asintió y antes de poder hablar, vio a Joaquín salir rápido del depósito. Se le escapó un suspiro mientras se frotaba sus ojos y salía hacia el local, alcanzó a ver a su novio despedirse de Eric antes de salir corriendo de la tienda concurrida por más gente para ser un jueves normal.

—Jefe, ¿todo bien? —le preguntó Eric cuando se puso a su lado, en una voz trémula y baja. Emilio asintió y forzó una sonrisa para mirar a sus clientes y atenderlos.

Eric sintió algo raro al ver a Joaco salir corriendo del depósito, y ese sentimiento se agravó cuando vio a Emilio confundido y triste. 

Ay, puta madre, no de nuevo, pensó asustado, ya previendo lo peor.

Ahora sí que iba a llorar con su amigo si algo iba mal entre esos dos otra vez. Se preparó para ser el soporte de Emilio para cualquier situación.

.

Pero no se esperaba esa situación. Para nada.

— ¿Qué? ¿Creían que Joaco estaba embarazo pero dio negativa la prueba? —preguntó acongojado mientras terminaban los arreglos para el evento de mañana, la tienda ya cerrada y ellos en el depósito trasero.

Habían puesto música navideña en bajo volumen mientras trabajan para ambientarse y Emilio al fin le hablaba de lo que había pasado con Joaquín en la tarde. 

El Secreto de las FloresWhere stories live. Discover now