El gran señor.

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El día que regresaron a México, Joaquín despertó sintiendo frío en su espalda y sin encontrar de nuevo a Emilio en la cama. Se alzó sobre sus brazos y miró a todos partes, encontrándolo en el pequeño balcón, recargado en el barandal, solamente vestido con unos bóxers y la bata de baño que jamás usaron pero que se veía muy calientita.

Se levantó con esfuerzo, sintiendo sus extremidades dormidas. Encontró su bóxer y se lo puso para después acercarse a su Alfa, abrazándolo por la espalda. Tembló un poco por el aire helado y miró hacia el horizonte, aún estaba oscuro y un débil rayo de sol empezaba tenuemente a asomarse.

—Hace frío afuera —parafraseó Joaquín con voz tierna. Emilio ladeó la cabeza para besar su frente y se puso de espaldas al horizonte.

— ¿Me perdonas? —murmuró sobre sus labios, acariciando el rostro con su nariz, aspirando el olor a maracuyá y a recién despierto de su Omega. Por las mañanas, el olor a lluvia era más fuerte.

—Hazme entrar en calor y lo pensaré. 

Emilio sonrió de lado mientras los hacía caminar hacia atrás y cerraba apenas la ventana y la cortina menos gruesa, lo acarició mientras se recostaban en la cama y lo hizo suspirar con cada beso que le daba.

Joaquín entró rápidamente en calor.

.

—Cambié el destino de llegada el jueves, beloved —le dijo Emilio cuando estaban desayunando en el restaurante por última vez antes de ir hacia el aeropuerto. Sus maletas estaban esperándolos en recepción, que bajaron de una vez para ya no volver a subir.

— ¿Mm? ¿A dónde? —Joaquín dejó su café en el platito y lo miró atento.

—Volaremos a Cancún y de ahí a Puebla, no quiero que pasemos por la CDMX, por cualquier cosa. No quiero tentar a la suerte.

Dani les había llamado en la noche para avisarles que no lograron encontrar rastros de la persona que entró a la casa de los Bondoni, pero que definitivamente no fue el compañero de Renata, quien estaba siendo procesado por intento de ataque y acoso sexual. 

—Dani me convenció de denunciarlo el martes pasado —le confesó Renata a su hermano, quien se veía serio a través de la videollamada pero Emilio sentía el alivio y remordimiento por Ren a través de su lazo.

—Por eso te enojaste con ella en Halloween, ¿cierto? —la voz de Joaquín era afilada y fría. Los Marcos no intentaron ni siquiera respirar muy fuerte.

Renata no contestó de inmediato y alzó la barbilla de manera desafiante. Pero al ver los ojos de Joaquín dejó caer los hombros.

—No creí que fuera para tanto —musitó. Daniela respiró hondo para controlar sus repentinas ganas de zarandear a su novia y sonrió de manera espeluznante.

—Y el infierno es solo un sauna, mi amor —se burló. 

Ren se vio más abatida pero Joaquín no pensaba tenerle piedad. El acoso sexual era sumamente peligroso y todo esto pudo acabar mal solamente porque Ren no quería molestar a los demás. No se estaba dando la real atención a este tema que muchas Omegas, tanto varones como mujeres, sufrían por Alfas, Betas y hasta mismos Omegas, que los veían más vulnerables y fáciles de persuadir para lastimar o violentar.

—Hablaremos de eso cuando esté en México, Renata —declaró hostil Joaquín. La aludida solo asintió.

Dani intentó callarse y no intervenir pero cuando vio a su tío y Joaco juntos, algo empezó a rechinarle. 

—Perdón por romper esta atmósfera —por cierto, no lo sentía—, pero ¿por qué los veo más unidos? ¿Acaso pasó algo en su viaje?

La pareja enlazada solo sonrió. Dani intentó otra manera.

El Secreto de las FloresOnde as histórias ganham vida. Descobre agora