Ya no quieres huir.

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Joaquín se odiaba por ser tan débil. 

No, no solo débil sino también cobarde. Y tonto. Muy tonto.

Pero era algo que llevaban haciendo desde hace años él y Renata, y era mejor de esa manera. Cada que alguien sabía quién era su papá, se alejaban de esa persona y protegían su corazón y mente todo lo posible.

Sus amigos sabían que a veces podían llegar a estar en peligro y que si llegaban extraños preguntando por ellos, no dijeran nada específico. Estaba seguro que sus amigos creían que tenían problemas de drogas o le debían a alguien, pero no les importa el motivo, solo defenderlos.

Ren no se sentía lo suficientemente segura con sus amigas para contarles la verdad, además que no podrían hacer gran cosa porque ni siquiera tenían ingresos propios. Confiaba en los amigos de su hermano y sobre todo, confiaba en que su padre jamás se volviera a acercar a ellos después de la última vez.

Cuando Joaquín estaba a meses de cumplir los 18 y ella acababa de cumplir los 8, se dieron cuenta que no podrían seguir con su papá más tiempo. Era violento, irracional, alcohólico y suicida. 

Era, simplemente, alguien destructivo, que no le importaba dañar a los demás en medio de su dolor e ira. No se daba cuenta de sus errores o consecuencias a acciones que estaba tomando erróneamente.

Un año antes había cagado la economía del país, seis meses antes había vendido sus bienes y estaban casi en la miseria excepto por sus abuelos, los padres de Rogelio, que los aceptaron en su casa y les ayudaron a terminar el ciclo escolar. Dos semanas antes había cagado la existencia de sus hijos. Era un ser despreciable pero ya no podía considerarse humano, era un despojo de mierda que solamente buscaba morir.

Pero no le importaba a quién se llevara entre las patas, si eran sus hijos o un país entero. 

Apenas lograron llegar con sus abuelos antes que todo se fuera a la mierda y aunque faltaban 2 meses, Joaquín logró que la custodia de su hermana quedara para él, poniendo también una orden de restricción a su padre y una pensión alimenticia para Renata hasta que cumpliera los 18, todo manejado a través de sus abuelos. 

Fueron meses difíciles pero sobrevivieron. Las consecuencias de los actos de su padre les persiguieron durante muchos años y por eso preferían el anonimato y no formar vínculos tan profundos con nadie.

Claro que todo cambió cuando los Marcos llegaron a sus vidas. 

Ren no quería meter a Daniela en ningún peligro, porque ella tenía más hermanos, una familia detrás. No podía hacerles eso.

Y Joaquín... jamás haría algo para dañar a Emilio. 

Aunque lo estuviera dañando al alejarse de él de esa forma tan cobarde.

Pero era lo mejor. Debía serlo. ¿No?

.

Aunque tenía intenciones de alejarse de sus amigos, ellos ya estaban muy dentro de su vida y no podían alejarlos. Menos cuando ellos eran unos necios de la chingada y no entendían de razones.

Le molestaba que no respetaran sus decisiones pero también dentro, muy dentro de él, agradecía que siguieran ahí para él.

Aunque de todas formas se alejó de ellos un tiempo, excusándose en que tenía que prepararse para su defensa de tesis y tenía mucho trabajo en el museo. 

Solamente Talia fue la única que no dejó de molestarlo y acosarlo casi diario en su trabajo, pero él la rehuía.

El problema con su padre no era que se convirtió en un completo desconocido para ellos, si no que sus errores no quedaron solamente en su memoria, también en la de sus hijos. Y su error los siguió por mucho tiempo, hasta la fecha. 

El Secreto de las FloresWhere stories live. Discover now