Cuarto capítulo

3.3K 296 60
                                    

[Adictivo.]

El timbre para el almuerzo sonó. Y todos recogían sus cosas para poder salir a almorzar. Yo no tenía mucha prisa, iba a mi ritmo. Ya casi todos se habían ido del salón, y solo quedaban algunos, los cuales no sabía quienes eran por que no había subido mi cabeza para ver quien seguía en el salón.

— Tenemos todo el día —escuche a Bakugo hablar con sarcasmo.

—Yo subí mi cabeza para poder verlo, ya que estaba cerrando el cierre de mi mochila— Yo no les pedí que me esperaran —discutí, mirando a Bakugo y a su amigo Kirishima.

— ¿Crees que después de que ayer por poco ocasionas que te mataran te dejare sola? —bufé, molesta por su comentario.

—Me acerqué a él, con cara de pocos amigos— En primer lugar, ya quisieran ellos tener la fuerza para matarme —Bakugo giro los ojos, exasperado por mi actitud— y en segundo lugar, sé cuidarme sola, no sé cuántas veces te lo tengo que decir —gruñí un poco al final, apartando a Bakugo de mi camino.

— Quieta —uso su voz de alfa, y mi cuerpo no dudo ni un segundo en acatar su orden.

¿Pero que...?

Maldita sea, ahora mi alfa interior se ha vuelto una sumisa, vaya mierda.

—Se acercó a mi, y pensaba que él iba a tener una sonrisa burlona en su rostro, pero me encontré con la sorpresa de que estaba por completo serio— Vas a seguirnos, sin decir nada, y sin provocar ningún problema —seguía usando su estúpida voz de alfa, y aunque a mi alfa parecía encantarle, a mi me estaba sacando de quicio.

—Abrí mi boca para hablar, y tarde un poco en poder articular palabra— Tú... no me mandas —Bakugo me miraba como pocas veces lo había hecho.

— No me obligues a ser duro contigo, solo sigue mis órdenes —lo que dijo al final hizo que mi sangre ardiera.

—Gruñí alto, provocando que Kirishima mirara a Bakugo— ¡Deja de actuar como si fueras mi puto alfa! No sigo órdenes de nadie, no soy parte de ninguna manada y tampoco quiero serlo —estaba molesta— si me meto en problemas, eso no le debería de importar a nadie —mis colmillos salían advirtiendo que estaba fúrica.

—Bakugo se acercó más a mi— Pero para tu mala suerte, le importas a personas, y aunque te moleste, tendrás que aguantar que ellas te protejan —sus feromonas salieron a relucir, pero esta vez como una muestra de que él era superior— te guste o no —demandó, dándome la espalda para empezar a caminar— muévanse —ordenó a Kirishima y a mi.

Kirishima camino sin reprochar nada, y yo lo seguí con pasos pesados. Cuando Bakugo actuaba de esa manera conmigo hacía que me enojara mucho. Es como si creyera que tiene control en mi, cuando eso no era cierto. Mi alfa me gruñó, reprochando lo que yo estaba pensando, y le respondí con otro gruñido más fuerte.

— No quiero escuchar tus gruñidos —se quejó Bakugo, aún caminando.

Seguimos caminando hasta llegar a una mesa en donde se encontraban los demás.

—Ashido nos señaló unas bandejas con comida— Les buscamos sus comidas, se estaban tardando demasiado —yo me senté en una de las sillas, aún con mi mala cara.

— Gracias —Kirishima le sonrió a Ashido, y empezó a comer su almuerzo.

Bakugo y yo no dijimos nada, solo empezamos a comer, y los demás entendieron que estábamos molestos. Ellos hablaban, y yo solo escuchaba un poco las estupideces que decían. Estábamos a gusto dentro de lo que cabe, pero claro está que siempre hay algo que tiene que cagar el día.

[Alfas] - Bakugo y tú Where stories live. Discover now