Decimosexto capítulo

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[Pasado.]

«¡Ring, ring!»

Había llegado la hora de la salida, y yo tomé mis dos bultos para irme de ahí. Seguía molesta, Bakugo logra ponerme hastiada de la vida. Salí de la academia, y camine hasta la estación de tren para poder llegar a mi destino más rápido. Cuando llegue a la parada que me tocaba, baje del transporte, y pase por unas cuantas cuadras hasta llegar a la casa de Hawks.

Abrí la puerta con una llave de repuesto que me había dado él.

Confianzudo.

— Ya llegue —avise en voz alta.

Llegue a la sala, y me percaté de que al parecer Hawks no estaba en la casa. No le di mucha importancia y camine hacia la habitación en donde me quedaba. Tire mis bultos en una esquina de la habitación, para después dejarme caer en la cama. No había podido sacarme esas pastillas que vendía Bakugo de mi cabeza. Sentía una necesidad muy en el fondo de mi de probarlas.

Quería sentir esos efectos en mi. Y claro que tampoco dejaba de pensar en ese polvo llamado "happy", todo me causaba curiosidad. Y no desaparecían de mi mente. Mi teléfono vibro a un lado mío, notificando que me habían enviado un mensaje.

Número sin guardar

Todos están invitados a la fiesta
de comienzo de curso. Este
sábado a las 7:00 pm, no hay
hora de finalizar la fiesta, estaremos bailando y divirtiéndonos hasta que
nuestros cuerpos ya no
puedan más.

¿Quien será esta persona?

Fue lo primero qué pasó por mi mente al ver que era un teléfono que no tenía guardado en mi celular. Pero después solo actué como si fuera normal, debe ser de la U.A, y en esa academia todos se creen populares. Llevo poco tiempo ahí, pero no me hace falta conocer más, con solo la primera semana dejaron claro muchas cosas. Me acomode mejor en la cama, poniendo mi cabeza en la almohada para estar más cómoda.

Cerré mis ojos, y me dejé llevar por el silencio. El silencio y la soledad muchas personas lo ven como algo melancólico y deprimente. Cuando en realidad, a veces la soledad te ayuda a encontrarte a ti mismo. Y el silencio, a dejarte llevar un poco por tus voces internas. Esas voces que la gente se cree que son como si literalmente alguien te hablara en tu cabeza.

Pero, la realidad es completamente diferente. Esas voces internas son silenciosas, son más como impulsos. Son lo que te lleva a olvidarte de tu alrededor, de las personas, y los prejuicios; dejándote llevar solo por la inercia de querer ser y sentirte libre. Todos sentimos en algún momento como si algo siempre te impidiera andar de manera correcta. Sientes que te arrastra y te deja estancado en el mismo lugar de fracasos y errores.

Y de repente, por unos cortos segundos, sientes como los candados de tus cadenas se abren, y dejan que camines con más fluidez. Y aprovechas para intentar llegar lo más lejos posible, antes de que esos candados se cierren de nuevo. Es difícil vivir así, con tanta presión. Me removí de nuevo un poco en la cama, acomodándome mejor para poder dormir un poco.

[•••]

Mis ojos se abrieron, y mi atención se dirigió a mi celular para poder ver que hora era. Había dormido bastante, ya que era de madrugada. Me sorprendió un poco eso, pero después le resté importancia. Me levante de la cama, y me cambie de ropa para algo casual. Tomé un poco de dinero que tenía guardado, y agarré las llaves que Hawks me había dado, y salí de la habitación. Con pasos silenciosos para no despertar a Hawks, salí de la casa. Sabía que ya estaba en la casa por que vi sus llaves encima de la mesa pequeña de la sala.

[Alfas] - Bakugo y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora